Tumba del cantautor chileno universal, Victor Jara (1932-1973) |
Hoy más que nunca, por no decir desde siempre a
partir de aquel aciago mes de septiembre de 1973, la guitarra de Víctor Jara es
una isla en medio del océano musical de la canción latinoamericana. Hoy más que
nunca el timbre sonoro de su voz comprometida retumba en la memoria colectiva
como un pedazo de luz herida por el tiempo, hoy más que nunca el nombre de Víctor Jara queremos corearlo entre palmas de
rebeldía que desperecen los ímpetus de justicia y los deseos de libertad en
todos los sures del planeta.
Y es que Víctor Jara representa, junto a Salvador
Allende y Pablo Neruda, la huella imborrable del Chile profundo que cautivó el
imaginario de las vanguardias en un momento histórico de valor incalculable: de
allí nacieron los retazos de la canción protesta y el trasiego de las
guerrillas por toda América Latina. Y también la otra cara de la moneda con los
golpes militares que multiplicaron la desesperanza popular por las alamedas de
la historia.
Víctor Jara fue un hombre de acción volcado en su
labor creativa con una densidad memorable, todo el repertorio musical de sus
canciones alude a la raíz del acontecer diario en el Chile de los mineros que
todavía evidencian el pundonor heroico de la clase trabajadora, cada una de sus
canciones contiene un pulso frente al predominio oscuro del poder, los acordes
de guitarra que acompañan el vaivén de los campesinos clamando por el derecho a
la tierra y los indígenas mapuches que atraviesan los senderos pretéritos del
país desde el principio de los tiempos.
Ya desde su faceta como director teatral y
cultivador del folklore nacional, Víctor Jara prosiguió una línea ascendente en
el panorama musical contemporáneo participando en el conjunto Cuncumen y el
mítico grupo Quilapayún que llevará más allá de las fronteras de Santiago el
sentir y el dolor de la voz de Violeta Parra.
Hoy
más que nunca, te recuerdo Víctor Jara.
Samir Delgado, 2010-2017
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