miércoles, 5 de noviembre de 2014

Derivas (Informe universitario en diez movimientos y cuarenta minutos)

Fotografía "Derivas". Cortesía de Manuel B. Ganya (UCLM, 2014)
Si te sientes dispuesto a abandonar padre y madre, hermano y hermana, esposa, hijo y amigos, y a no volver a verlos nunca; si has pagado tus deudas, hecho testamento, puesto en orden todos tus asuntos y eres un hombre libre; si es así, estás listo para una caminata.

THOREAU


I

EL HORIZONTE es amplio, somos dos a la par. Hay puertas que se abren y se cierran. Otros cuerpos arrojados en el adentro de un edificio repleto de posibilidades. Nuestro silencio va sostenido por una vagancia errática. Encontramos a semejantes que también persiguen sus propias sombras.

II


EL AULA de pintura. Yo – nosotros estamos adentro. Olores permeables al color. Las cristaleras expanden su ocaso matinal. Nos detenemos frente a un cuadro.  Queremos mirar juntos. Es nuestro consentimiento temporal. Un abrigo para la vista, este hábitat nuestro y ahora.

III


UN CALLEJÓN sin salida. Surge la risa. Una expresión liberadora. Vamos casi al unísono, con ritmo pausado y contemplativo. Aparecen lejos las banderas institucionales, en su panorámica frontal. Media vuelta. Reconocemos el amplio arco de posibilidades. Caras reconocibles en el tránsito: los profesores, las chicas deseadas, los cartelones hiperrepetidos del acontecer de cada dia.


IV


LA INERCIA pactada. Proseguimos al encuentro de una resolución clarividente. Otros cuerpos corrigen su estar en el mundo, como el menudeo teatral básico de toda  supervivencia constante. Las paredes a este nivel parecen un decorado del arrepentimiento, una reproducción exquisita de lo que fue. Las obras de arte inconclusas parecen dar paz a nuestra compañía, suavizan lo hermético agonizante. Cruzamos más puertas, sobrevienen preguntas interrumpidas, como el azul del cielo guillotinado por una persiana árbitra inclemente.


V


UN ASCENSOR. La soledad compartida, su mecánica presupone una utilidad, un desenlace protagónico, un entronque vivencial que habilita proporciones inexactas de lo por venir. Llegada a la planta baja, Xavier Monsalvatje en peligro permanente, el elemento industrial como influencia en el proceso artístico, english Cambridge courses.


VI


LA CAFETERÍA, el avituallamiento real pragmático, los sonidos envolventes de lo antropológico teatral. Cafés en el bar, comidillas en la mesa del final, orange juices recién hechos para la aclimatación saludable. Las poses, los recodos, las miradas de un acuario terrestre consuetudinario. Nuestros estómagos sintientes, sabedores de una próxima beatitud.


VII


ROJO. Luz sobre lo rojo, los ladrillos delimitadores, nosotros en medio de todo. Mirar arriba, la representación simbólica como expectativa, jugar con los cuadrados de luz requiere un aprendizaje.Hay pasarelas que conforman el estatus quo, abajo se produce la concatenación de pasadizos, el deambuleo proceloso, los menesteres del conserje envuelto por vorágines de tramitación intempestiva. Ahora la felicidad es saberse al margen, convenir unas sombras que no delimiten una funcionalidad. De repente un río inesperado de colegiales, que aparecen a través de nosotros, también transitan lo nuevo deseado, con una densidad fugitiva. Chillan, resuellan, contornean sus cuerpos uniformados, los movimientos faciales del adolescente parecen tanto más originales y únicos.


VIII


LAS PUERTAS atraen el frío del exterior, soportan los cónclaves del invierno, son el preámbulo necesario de lo institucional público ocupado. Hay un perro juguetón, mordisqueante, que sale a nuestro encuentro. La nubosidad es irascible, vegetaciones soporíferas acomodan el rellano de luz total. Llegamos a la carretera, el tránsito viario fantasmático: los cuerpos que vagan y no se ven.


IX


UN ANCIANO con gorra verde. Nos alejamos, un coche detenido, las alcantarillas parecen un reducto explorativo. Las hojas secas en arreboles sinuosos por cada extremo del paseo. Nos sonreímos, al paso frenético llegamos a un parking sin salida, recurrimos al instante, lo manipulamos, para alcanzar un horizonte productivo al mirar, al propio estarse viendo. Hacemos saltitos-piruetas-regocijos exportados de una infantilidad asumible. Una escena de película, singing bajo la lluvia, de fondo se oyen voces deportivas, tumultos invisibles, el parque del recreo que metaboliza infinitas biografías.


X

LLEGADA al otro edificio, a los otros similares universos cotidianos del universitario in situ. Las chicas fuman, cruzamos otra vez una puertas, nos observa el vigilante: no buscamos nada, no queremos nada, venimos de la nada secuenciada, provocativa y disidente. Bebemos agua -él bebe agua-, calculamos el horario para el retorno. La prohibición del habla como procedimiento y como herramienta, como sostén del viaje, no impide una absoluta comunicación interna, para quienes somos dos, al unísono, al través, en este periplo en yuxtaposición, en dúo y al tándem. Este alimón contemplativo. 

DUSK-4735.
Toilettes. 
Gavilla de fabulas sin amor. 
Camilo José Cela in memoriam.    


Samir Delgado
(Texto experimental, junto al artista Manuel Beltrán, Facultad de Bellas Artes, UCLM, 2014)

viernes, 31 de octubre de 2014

Homúnculo (Sobre un cuadro de Millares)




[Arpillera, 1960]

El cielo es el hombre, y el hombre el cielo,
y todos los hombres juntos son el cielo,
y el cielo no es más que un hombre.
PARACELSO


¿ES SOMBRAJO
del bípedo disfraz

la adánica pesadilla
un prometeo insepulto?

-Dime tú
Paracelso

¿Es la bendita crucifixión
del hijo de dios sobre la tierra
o el ángel caído en tinieblas?

-Digan algo
Goethe & Rimbaud & Dante

¿Es calcomanía funesta
del divinus influxus

o robótica duplicación
del ente sin existencia?
-Dinos algo
al fin
habla tú

homúnculo millaresco


Samir Delgado, inédito (Febrero, 2014)

miércoles, 8 de octubre de 2014

Uwe Grumann ante los imperios de la souveniridad

Uwe Grumann (Hamburgo 1913- Las Palmas de Gran Canaria. 2010)









     

Lecturas y bancos para contemplar el paisaje

mientras en el horizonte
alguien traslada montañas

(Frescor veraniego)
                                                                                                                                                                                             Günter Eich      

                                                                                                                                                                                 
 
            /el noúmeno turisforme/

            es la cosa en sí del grabado            uwe grumann
            neutralizando el desencantamiento biototal exterior
            de la maquinaria paisajística de la souveniridad

            su extravagancia colorista inaugural
            anticipa en lienzo otros mundos posibles
            fuera de la órbita mercantil neocapitalista

            es el antifaz quien desoculta lo ajeno indeterminado

                                                                                             
            /la turbodialektik insular/
           
            bajo la temporalidad fragmentada del reducto vacacional
            dislocado y tecnodominante en la isla      uwe grumann
            culmina la claudicación terminal del romanticismo alemán 

            la densidad del simulacro bajo la arquitectura hotelera especulativa           
            reproduce una iconografía superturística sobre el landscape mítico
                                                                                             
            el collage only & exclusive reconcilia su imago con el multiverso 
                                                                                                                       /original

             
            /artefactualidad vitalicia/
             
            ante el peligro patológico de la relación instrumental ontogenética
            del logocentrismo arqueoccidental sobre el patrimonio cósmico 
                                                                                                                      /oprimido 

                                                                           metavía de escape:  uwe grumann 1937



            /extranjerismo del color/

            en el ideal antiexótico y postvolcánico    
            de un imaginario atlántico con dimensión
            archipielágica ultraperiférica inédita feliz
               
            el sueño extranjero:   post uwe grumann 


                              
            /alternativa cosmológica/

            ante la economización mediática del mundo de la vida
            bajo una antropogénesis del canibalismo superturístico
           
            los dibujos drawings zeichnungen:                       
            barricadas íntimas  uwe grumann
            contra la depredación irreversible global 
                                                                                                                   
   
 Samir Delgado, Madrid, 2013

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Benidorm mon amour (Y dos poemas de Sylvia Plath)

Fotografía de Sylvia Plath en la playa 


Ir de nuevo al jardín cerrado
que tras los arcos de la tapia,
entre magnolios, limoneros,
guarda el encanto de las aguas.

Cernuda

ALACANT en el visor digital de la estación de tren. Amarillo internáutico. En el andén pasa un AVE igual que un bólido fuera de órbita. Estremecimiento total de la sensibilidad. Escenas de star trek en el coche tres, asiento 7A. La resaca nocturna congestiona la psiqué con un sabor de letanías neutras. Los pasajeros más cercanos figuran en duermevela con auriculares. Afuera fluyen verdes postimpresionistas, canelas pastel con apariencia de membrillo dulzón. Y un azul de estratosfera. Leo a dentelladas dos poemas de Sylvia Plath. En el tránsito ferroviario cada página aparece a la vista como una constelación lejana.


PENELOPE terrace en el puertito de Alicante. Casi como en casa. Su mar huele a griego antiguo. Azul térmico de las holidays locales. Siempre en el centro de la ciudad: los bancos, las instituciones, las banderas. La calle comercial con setas mágicas luce su particular escaparatismo consumista. No he visto turistas, parece que esta ciudad asume el rol de capitalidad, sin aquellos destellos ultravacacionales. Es un dormitorio, un lugar de existencia ordinaria. La spain costera limitrofe. Hay mucha moda alrededor. El mediodia sabe igual que un helado derretido. Empalaga. Sin un céntimo en el bolsillo, pasear sus calles es lo más parecido a la levitación.


TRAVELLING particular costero mediterráneo. Dos chicas alicantinas se hacen trenzas en el asiento frontal. Una señora hojea una novela de Agatha Cristie. A mano izquierda el mundo de lo real: terrazas, fachadas, jardines. Y a mi derecha las playas del invierno con oleajes apolíneos. Naturaleza con vistas al infinito terrestre. Si pudiera quedarme así en este viaje, sería feliz. Ajeno por completo a los telediarios y sus partes de la guerra. Igual que Ted Hughes y Sylvia Plath en su luna de miel en Benidorm, año 1956.


HOTEL PRINCE. Verse durante horas en la búsqueda aleatoria del lugar de acogida, en medio de un laberinto de traseras de restaurante y recepciones hoteleras blindadas ante el vecino local. Las otras odiseas del forastero recién llegado. Desde la terraza admiro el final dócil y festivo de un viernes. Las siluetas neoyorkinas de la ciudad conmueven a la vista. Nunca pensé tener tan cerca Manhattan con turistas anglo en lugar de la afroamerican people en sus aceras. Entonces llega la ducha iniciática con jabón de glicerina cortesía del hotel. Tv en on antes de la velada. Perfume, zapatos de ocasión, libros en mano. El tiempo en un hotel siempre es finisecular.


LA ENSOÑACIÓN del jardín mínimo, iluminado, esencial anónimo del hotel. Sus balcones como decorado interior paralelo. La luz de los dormitorios que siguen una vida propia atemporal. La historia turística de los lugares que se escribe en mi memoria.


GAVIOTAS. Volver a tenerlas cerca de nuevo. De la especie alicantina mediterránea. Su vuelo arriba para el cobijo de la mirada. Vi una gaviota mayor, abuela de todas las demás, en la arena de Playa Poniente. Pensé en su temporalidad propia, el radio cotidiano de su arenal, aquello que constituye la esencia de sus días.


UNA CIUDAD TRISTE. A pesar de la solera vacacional de medio siglo largo, con los abuelos de toda la nación recorriendo sus encantos climáticos, esta ciudad es muy triste. Tristísima diría mejor, sus miradores no tienen vocación de infinito. Y sin embargo, tan propiamente mía. Imagino a Sylvia Plath y a Ted Hughes recorriendo sus azules primitivos, ajenos por completo a los desenlaces fatales del porvenir. La ciudad de la luna de miel para los poetas. Qué tristeza ahora, la ciudad sin ellos.


EL CASCO metahistórico de Benidorm está repleto de tabernas euskaldunas. Igual que una chinatown, Playa del Inglés con sus british pubs, y tantos otros lugares hipervisitados, con su cerco de lo marginal predominante y lo económico impositivo. Lo folclórico turístico y la presencia matemática de los visitantes que dejan su huella en la arena de los destinos vacacionales hacia la nada.


LOS HOTELES -juntos y a la vez- establecen un mapa, una cartografía, un esquema de lo efímero estable. Volver a su hábitat común me familiariza con la nada impersonal. ¿Provenir de un lugar donde no hay lugar para sí?


BENIDORM mon amour. Un viaje por sus noches es igual que una lluvia de estrellas, un colapso pasajero en el territorio de los sentidos. Un hogar para la despedida final. Los rascacielos necesitan para subsistir una promesa de vuelta. Ha sido una alegría conocer a los miembros del Liceo Poético de Benidorm. Entre los poetas nunca habrá fronteras.


UNA CIUDAD nos puede hacer soñar. La interrogante por excelencia es si podríamos hacer vida en ella. Un dilema de absolutos. Cada uno debe tener su devoción particular a ciertos lugares, a ciertas atmósferas, a ciertos mandatos. No hacer caso a nuestra intuición supone un traspiés personal. Me pregunto a solas por Benidorm. En el momento justo en que atardece y la tinta es tan fría como el suelo de los parques. Vuelan algunos mirlos alrededor y casi a ras de suelo. Recuento la hojarasca que cae entre mis pies y recojo la más bella y perfecta después de su destrucción. Un remanso de felicidad colmada.


MAKING LOVE all the night. El tránsito cronológico pulverizado entre las sábanas. La ciudad afuera en completa mudez, sin ecos de la fiesta turística intergaláctica. Habitación adentro de los amantes en 1956: una estrella supernova. Los cuerpos danzan al unísono en su columpio de la seducción. A flor de piel lo terso prohibido. Dulzura del sésamo. Una canción en los labios. Las caricias nunca son soberanas.


PASEAR los vericuetos de la avenida marítima con sus aires deportivos sibilinos. El agua azul complaciente en su altiplanicie marítima. Humedece con azúcares salitrosos nuestra mirada. El mar aquilata los sentidos de lo porvenir libre de cálculos y recuentos mundanos. Así me parece que una de las válvulas de escape ante tanta represión acumulada en las vidas urbanas de la ciudad es la propia escritura. Es la mejor forma de embarcarse a los mundos de la subjetividad. Lejos de la obligación escolar, de los adiestramientos salariales, de la constricción ideológica. Escribir se parece a la inmersión en el mar cuando nadie está en el agua. Una libertad de infinitudes.


LAS IGLESIAS de una ciudad están a un solo paso, a poco metros de sus centros. Un instante nada más hace falta para adentrarse en el silencio de milenios. Siempre que visito una ciudad frecuento por costumbre: el parque, las iglesias, los mercados y su cementerio. Hay un instante solo para obsequiarnos su quintaesencia, la profundidad del lugar, el pulso a su caudal liberador. Sin más religiosidad que la debida a los tiempos vitales de lo humano.


EL MAR. Acudir al mar para zambullirse en sus azules húmedos, ahumados, densificantes. El camino es largo, intraducible, a contracorriente de los inviernos. Solo el mar en la soledad del universo. Arriba las gaviotas indivisibles, abajo los peces del milagro bíblico. Solo el mar es del mar. Nosotros los paseantes asilvestrados, los merodeadores del azul insulario, los muchachos enfermos del salitre tenemos preferencia por sus frutos. Acudir al mar en comunión con las horas absolutas, cuaderno en mano, al mar siempre.


UNA TAZA de café a este lado de la galaxia. Toda ciudad tiene sus coordenadas básicas y solemnes, lo real configurado. Hablo de una totalidad integral en cada ciudad que asume la variedad de sus momentos. El mundo es amplio y compartible. Nada tan simple como una taza de café para sentir la soledad a deshoras de una ciudad cualquiera. Pongamos por caso: Benidorm.


LLUVIA. La narración no se detiene jamás en la ciudad. Cuando escampa sus pájaros vuelven a las ramas exquisitas. He visto a los gatos del jardín del hotel subirse a las vallas con galantería animal. Y los niños cruzan la avenida de sus vidas igual que otra tempestad. Vuelvo a imaginar a Ted Hughes y Sylvia Plath, el matrimonio perfecto, la pareja poética en su origenes antes del declive absoluto. Del sacrificio y de la liberación.


UN HOGAR es la necesidad básica por excelencia. Al carajo con los nutrientes, el abrigo y la unesco. Un sitio donde estarse, lo más elemental para el poeta. Aunque sean dos tablas de madera a la intemperie de las playas insulares. Un hogar. Ese punto de referencia, de estadía existencial, de aposentamiento del ser. El agua turbia necesita una pasividad esencial para recuperar su líquida transparecencia en un charco. Todas las aves de paso en Benidorm, con sus extraños plumajes y procedencias diversas, continuarán el viaje hacia sus lugares propios, hacia los rincones de su azogue, los espacios que son hogar en el tiempo. De ahí toda ciudad, el hogar, en cada poema.


UN MAPA de las ventanas y las estrellas propias en cada ciudad. Y una habitación siempre, como aquella de Virginia Woolf, en donde la luz sea mi luz.


NUEVAS VISITAS cada día. Las calles esenciales, sus tejados repetitivos, las despedidas constantes del azul. Una ciudad la sabemos nuestra cuando se hace visible en la memoria, tras nuestros pasos fugitivos, en cada cruce secuencial, en el testimonio de sus bulevares comerciales en horario de cierre. Entonces el derecho a la salida, al retorno, a la escapada invertida que sobreviene como una excepción del viaje.

El EJE providencial de la ciudad es un cielo propio. La pureza extrema de cada instante vivencial, la cadencia íntima placentera por cada paso sucedido. Una ciudad que nos una con la edad de sus quimeras.


LOS ÁRBOLES son el confín inmediato de lo vivo en las terrazas. Los paseantes lejanos mascullan sus hazañas del extravío. Adentro solo el silencio de las palabras en expansión constante por el cuaderno de viaje. He caminado por Benidorm con paso acelerado, sin hablar con nadie, in extremis huyendo de la parafernalia publicitaria de los servicios, las ofertas, y los superlujos. Benidorm sin palacio, sin corona y sin oropeles. He cruzado la noche intranquila de los carruseles luminosos, de las burbujas de jabón prístinas, de las tabernas errabundas por las que el mundo es mundo. Y todo es un recuerdo, como los árboles de cada mañana.


AGUASAL del mediterráneo en la botella de la matiné final. Una despedida de Benidorm hasta los inviernos venideros de otra insolación imposible. Ya en la gramola personal solamente una canción. Aquella que se parezca al viento, al mar y a las noches de amor.

Adiós Sylvia, la poesía es una forma de redención.



Nana de la cebolla /Alicante lullaby

En Alicante, lanzan los barriles rodando
malamente por los rugosos adoquines,
junto a las fondas donde te sirven una paella amarilla,
bajo los ruidosos balcones de las callejuelas traseras,
mientras los gallos y las gallinas,
en las azoteas de las casas,
reposan con sus crestas y sus cacareos.

Los tranvías de color naranja china tintinean al traquetear
a los pasajeros bajo el chisporroteo de las astillas añiles
que espumean a mares los cables eléctricos:
A lo largo del puerto sibilante, los enamorados
soportan el retumbar de los altavoces que,
desde las palmeras iluminadas por los neones,
truenan rumbas y sambas que ningunas orejeras consiguen atenuar.

Oh Cacofonía, diosa del jazz y de las grescas,
Señora, con voz cascada, de las gaitas y los címbalos:
Ahórrate tus con brio, tus capricciosos,
Tus crecendos, cadenzas, prestos y prestissimos
Y permite que pose (piano, pianissimo)
mi cabeza en la almohada,
arrullada por susurrantes liras y violas.


Melones de fiesta /Fiesta melons

En Benidorm hay melones,
carros tirados por burros, cargados

de incontables melones,
óvalos y pelotas
verde brillante, arrojadizos,
decorados con rayas

color verde tortuga oscuro.
Elige uno con forma de huevo, con forma de mundo,

Y lánzalo rodando a casa, para degustarlo
en el candente mediodía:

pieles de sapo, suaves y jugosos,
enormidades de pulpa rosada,

cantalupos de piel rugosa
y corazón anaranjado.

Cada rodaja va tachonada
de semillas pálidas o negras
que puedes esparcir como confeti
bajo los pies de

este mercado de comedores de melón,
de aficionados a la fiesta.

Silvia Plath, Poesía completa (1956-1963). Bartleby Editores, 2009.

jueves, 8 de mayo de 2014

La vida vivida. Homenaje al artista italiano Marco Ippolito Viola (1958-1994)

La vida vivida, Auditorio de Cuenca, Mayo 2014


Marco hizo de Cuenca su lugar de residencia para la creación en vida. 
Gracias a los testimonios de quienes le conocieron durante el periplo personal que le llevó a vivir la vida intensamente- esta vida que es siempre única e intransferible- bajo los cielos nítidos de Buenache de la Sierra, cuentan a la posteridad que era un hombre apasionado, impulsivo y plenamente arrojado a esa dimensión de la vida exclusiva para los aventurados que se desviven por la función creativa de la existencia.
Y es que Marco amaba la belleza por encima de todo lo demás. El grado supremo de contemplación que reside desde los antiguos griegos en el acto por sí mismo de la creatividad. Su arjé fue la vida misma. He ahí el sentimiento post trágico de toda su existencia: el resumen incompleto de su legado artístico acumulado en la residencia de Buenache de la Sierra muestra a todas luces la perdurabilidad del amor, la profundidad de su mirada atónita e incombustible sobre la materia prima que insufla dinamismo a toda forma de arte y el dedicado apasionamiento con que él-soplete y pincel en mano- abordaba cada hora de su vida: todas las vidas como íntimas totalidades.
Fue Marco un transeúnte del vértigo. El nervio puro de su imaginación procede de las aguas infantiles del Lago de Garda. El trabajo quimérico sobre el que se embarcó en vida tenía que ver con los abismos anfibios: el pez paseante, exhibido al mundo terráqueo como su animal de compañía, representa un símbolo del otro paradigma civilizatorio que reclama la comunión con el origen, el respeto a la vida de toda forma orgánica, la relación umbilical que nos sostiene en la naturaleza. En su retrato, en la representación de lo humano, en el trabajo foto explorativo sobre la corporalidad femenina empleó toda suerte de escamas, emplastes marino-dérmicos, aquellas pieles mudadas del pez primitivo que multiplicó los devenires azarosos de la especie.
Justo bajo el umbral que separa el mundo analógico de la irrupción absoluta del mundo protodigital, Marco fue el último artista. Manos a la obra, enfrascado en la nave itinerante del demiurgo, en su peculiar mirada sobre el acontecer diario abundó en el tratamiento obsesivo de la materia, la atracción permanente por las carnes del tiempo mundano, el cuerpo de la vida en su plena densidad acumulativa. Él a solas, y también en compañía de otros artistas amigos como Javier Florén, Julián Pacheco o Chema Cavero entre otros- vislumbró como uno más de sus coetáneos la venidera dimensión de lo virtual computerizado, se mantuvo ajeno y puro-casi por completo- a las mecánicas clasificatorias de la imagen pixelada y el ordenamiento general reductivo de la virtualidad dominante. Fue a su manera, como él quiso ser, un extranjero en Buenache de la Sierra, un creador que vivió la tradición de la ruptura neoconceptual y la nueva experimentación escultórica, como si fuera el último de los artistas modernos en plena globalización.
Solamente un zapping- tan extraño y fantasmático- rescatado de las últimas cintas VHS, refleja la quintaesencia del tiempo que le tocó deshojar a manos llenas, como un testigo robinsoniano de la manipuladora basura mediática que sobrevendría en los canales unidimensionales de la televisión italiana. Un ejemplo visionario el suyo que a la postre, junto a la serie mínima de esculturas que componen parte de toda su obra, muestran el pulso físico, halterofílico y hasta postmetafísico del ser humano individual ante el imperio creciente de la sociedad del espectáculo, la reducción al absurdo de los clichés nacionales y las maquinarias bucrocráticas en la Europa del capital que se encontraba en su fase de crisis preliminar expansiva.
Marco puso en vida, frente a frente, a Dante y a Beatrice, rediseñó en su mente el caballo de troya, dio pie al ente hermafrodita, sostuvo una mirada solidaria hacia los dramas de lo humano, inmortalizó la experiencia de ser padre en la figura de Agata, fue hombre y artista, ciudadano y emigrante, esposo y aventurero que cruzó al otro lado de la memoria del tiempo un mes de mayo, cuando empezaban a retoñar los robles, cuando el corazón se detuvo, en el instante que consuma y eterniza su recuerdo, esta obra soñada, esta materia que es tributo, confesión y homenaje de la vida vivida.
*La figura del artista italiano Marco Ippolito Viola (1958-1994) cumple veinte años tras su desaparición súbita en la ciudad de Cuenca. La estela de su obra representa al paradigma del creador europeo nómada y transversal de la modernidad tardía, comprometido con el trabajo directo sobre los materiales y una filosofía de vida dedicada a la creación. Tras sus años de formación en Florencia y el paso por ciudades como Nueva York y Berlín, afincó su residencia en Buenache de la Sierra, significándose como uno de los artistas partícipes en la oleada del movimiento cultural posterior a la generación abstracta.


miércoles, 9 de abril de 2014

Galaxia Westerdahl. Selección de poemas

Fotografía original de Carlos Schwartz
Cortesía del Museo de Arte Contemporáneo MACEW

Un tiempo perdido cuya recuperación compete al arte

MARC AUGÉ

Hacia una poética artefactual posturística


[FENOMENOLOGÍA INSULAR]

El arte es fijar el tiempo que pasa
GACETA DE ARTE (9)


LA filiación de artistas a la expansión creciente de una galaxia pictórica consuma las aspiraciones de una residencia permanente en el imaginario atlántico.

EL creador por medio de su paleta transfiere el respeto intrínseco que gravita en la relación creativa con el espacio físico.

EL concepto renovador de soberanía ecológica hace permeable una fenomenología del paisaje insular que unifica la diferencialidad horizontal de los archipiélagos ambientales que pueblan el mapa planetario.


              [MULTIVERSO ABSTRACTO]

En horas extrañas, los colores tienen un dominio sobre mí
HUGO VON HOFMANNSTHAL


LA mirada del artista conserva un parentesco con el punto de vista de la arqueoastronomía: las zonas extramuros, los conglomerados estelares, la interface nebulosa, el mosaico crepuscular. Unas pistas solemnes para la interpretación de lo real interconectado y su contemplación virtual participativa.

LA profundidad del lienzo traslada una esencia empírica que revela claves del tiempo socioatmosférico fundacional.

LA habitabilidad emergente en la dialéctica de la obra plástica y el artefacto poético hace sostenibles nuevas formas de producción que armonizan el caos generalizado en el multiverso abstracto de la sociedad del espectáculo.


[ECUMENISMO LÍRICO]


¿Cómo se puede vivir ahora, con una nueva y extraña euforia alucinatoria, un salto cuántico en la alienación de la vida cotidiana de la urbe?
                                                                                              FREDERICK JAMESON


LA solidificación histórica de cada cuadro habilita un entrecruzamiento del sueño creador por diferentes estadios de la superficie ontológica ajenos a la reducción monetaria de la lógica mercantil dominante.

EN su ejecución quedan grabadas las impresiones sobre el mundo constituyente: ecos de la realidad en un diálogo permanente con el hábitat social esencial.

LOS creadores extranjeros conformaron una pinacoteca de sus viajes hacia la antesala de la ciudad turística.

SU pasado instantáneo humedece los aledaños de un ecumenismo lírico fértil en abstracciones aurorales y cimientos utópicos.

UNA tardomodernidad lanzada de cabeza al mar de la inflación eterna cosmopolita.


[BAUHAUS NATURAL]


The jostled whiteness of disjoined spars / gone gold already in the alchemic sun
La avivada blancura de mástiles sin orden / se ha vuelto de oro ya en el sol alquímico
                                                                                                                 CHARLES TOMLINSON

LA reconciliación integral con la naturaleza a base de ascetismos queda superada mediante una ecología artística del futuro.

COMO seres urbanos hechos por la mirada a lo inerte, los creadores insulares han mantenido su relación de posibilidad con la naturaleza en similitud a la sostenida con las cosas ordinarias de la vida objetual.

LO prioritario para el creador es revivificar su entorno con la energía cósmica de la voluntad de vivir alejada de la atracción gravitatoria de las mercancías.

EL proceso en curso de una techné artística sostenible es consustancial para que las puertas de una Bauhaus natural queden abiertas en la historia del arte universal.


SELECCIÓN DE POEMAS*


[FUERZA ESPACIAL]

SOBRE UN CUADRO DE EDUARDO ÚRCULO*


LA inmutabilidad
del cuero astrofísico
acrecienta lo pagano

una entropía nupcial
de placeres disconformes
revela el mosaico continental

su limítrofe plegadura ósea
descorcha los sentidos del rito
ante las metrópolis ortodoxas

un pastel efervescente
con guindas cuánticas pop

*Acrílico sobre cartón (1961)


[PECES]

SOBRE UN CUADRO DE WILL FABER*


EL acuario sideral
de bálsamos azules
constela escamas primigenias

su tapiz de filamentos ópticos
abriga la nocturnidad ibicenca

la radiación colorante del vacío
abrillanta su terciopelo galáctico

siempre en dirección contraria:
la condición extranjera de la luz

*Tinta y cera sobre papel (1940)




[CONSTRUCCIÓN HORIZONTAL]

SOBRE UN CUADRO DE FELO MONZÓN*

Todo reposa sobre la riqueza insuperable,
sobre la milagrosa multiplicación de lo sensible
                                                         MERLEAU-PONTY

LA siesta metafísica
del caimán celular

en el diafragma primario
habita la guarida del ser

los pólipos en su duermevela sólida

una concavidad a ras de suelo
con almohadas inmanentes

el espacio sumergido al límite
para su allanamiento de morada

la biosfera tropical de la finitud

*Óleo y arena sobre tela (número 20, 1960)



[ORQUESTA]

SOBRE UN CUADRO DE YELA BRICHTA*

LA partitura del vértigo
expande su delirio

la espuma acústica
colapsa el patio de butacas

el violonchelo solo
con su melódico exilio
de corcheas orbitales

allí la orquesta clásica
su director de espaldas
los aplausos radiales

la condensación del volumen
para un siglo atómico

*Litografía (1954)



[MULTITUD UNIDA 1-X]

SOBRE UN CUADRO DE AGDA HOLMSEN*

H7. Reina tahitiana
con flautín primaveral
en allegro sostenuto

G3. Girasol enrocado
sobre negro inmemorial

E-4.Tótem solariego
con tambores de guerra

F2.Gatos de cleopatra
con maullidos de ultratumba

D5. Campo de minas esotéricas
sobre la diagonal multitudinaria

G8. Caracola en jaque tridimensional

A1. Mares de tinta aleatoria en frenesí
(Final de partida en tablas ecológicas)

*Tinta china sobre papel (1958)





[COMPOSICIÓN]

SOBRE UN CUADRO DE LINNEA PIPONIUS*

El arte puede transformarse por intermitencias en imagen de la felicidad
                                                                                         T.W. ADORNO


La tarde escandinava
con sabores tutti frutti

la recolección volátil
de pigmentos dionisíacos

su explosiva festividad boreal
tras la eclosión variopinta
del trueque libidinoso
sobre los túmulos civiles

hay un iglú metafórico
a la vuelta de cada esquina

el paraíso perdido
solo renace
fuera de pantalla

*Óleo sobre lienzo (1950)



[DIBUJO]

SOBRE UNA OBRA DE PLÁCIDO FLEITAS*

Al rotar la sustancia inexistente como posible,
la poesía es siempre el resurgimiento del verbo
                                                          LEZAMA LIMA

I

LA invención del rizoma
triplica la masa encefálica
del grumo periférico verbal

su intensidad distorsiona
las membranas ambientales

una línea de fuga
para la expansión cinética

(el dibujo comienza)


II

UN orificio indígena
en la dualidad rítmica

persevera el embrión cero

en la totalidad del grafito
hiberna lo futuro inédito

(el dibujo acelera)


III

LA imago supura extremidades
de pegajosa proporción dórica

un celuloide alquímico
en rotación vanguardista
para el fuego de la creatividad

(el dibujo retorna)


*Grafito sobre papel (1952)




[PEQUEÑO FUEGO VERDE / ESMALTE ROJO]

SOBRE UNA OBRA DE MAUD BONNEAUD*


I


El monocultivo
de la belleza

a base de extractos
epidérmico panteístas

la confitura del eucalipto
en quilates de flúor cartesiano

una lágrima sub especie aeterni

*Esmalte sobre cobre-hierro (1960)


II


AL cuello
un racimo
espermático

la ofrenda globular
del viñedo litúrgico

su mineralogía quimérica
para la transfusión del volcán

*Esmalte sobre cobre-hierro (1962)




[GALÁPAGO MITOLÓGICO]

SOBRE UN CUADRO DE PINO OJEDA*


EL espécimen extraordinario
de lo marítimo legaliforme

una floración incandescente
de la mitocondria vernácula
en su estático danubio azul

el pulgar aromático de atlante
listo para su cocción subliminal

*Acuarela (1956)



*Galaxia Westerdahl, Samir Delgado
XV Premio Internacional de Poesía Luis Feria, Universidad de La Laguna, 2013.