martes, 10 de abril de 2018

El cuaderno de Lanzarote de Fernando Zóbel

Edición facsimil "Cuaderno de Lanzarote" Fernando Zóbel, Fundación Juan March


En la ruta de los volcanes: acuarela, tinta y lápiz sobre papel, año de 1976, un paisaje de malpaís con anotaciones sobre la diversidad cromática de la isla y fotografías en casa de César Manrique dan cuenta para la posteridad del paso por Lanzarote del artista filipino Fernando Zóbel, alma máter de la fundación del museo de arte abstracto español, fallecido en el verano romano de 1984. De su particular y desconocida odisea por Timanfaya se da constancia en uno más de los bellos cuadernos de apuntes que atesoró durante toda su vida, el número ochenta y cinco, inédito hasta la fecha, muy a pesar de la lámina que ha sido reproducida ocasionalmente en versión facsímil y con edición limitada, a cargo de la Fundación Juan March el pasado año, especialmente con motivo del medio siglo del museo de Cuenca, aquel espacio aglutinador de buena parte de la generación abstracta española en los años decisivos de eclosión cultural a una década de la transición, y que comparte junto con la colección internacional del Museo Eduardo Westerdahl la custodia de las primeras experiencias de museos contemporáneos en el Estado español.

En una más de las miles de páginas que el filipino legó tras su desaparición física, el artista nacido en Manila en 1924, forjado entre la universidad de Harvard y los viajes alrededor del mundo que le otorgaron el estatus de exponente singular del propio arte del coleccionismo a nivel internacional, ofrece una mirada de atracción plena y curiosidad analítica hacia los contornos geológicos de la isla, con incisivas anotaciones sobre los peligros del turismo de masas y un ambiente artístico que durante aquellos años convulsos había hecho de las islas un polo de referencia radiante y de renovación creativa en plena ebullición, gracias a la obra en auge de Manrique, los nuevos baluartes del arte canario y la reciente pérdida de Manuel Millares, el artista total de las arpilleras y los homúnculos, cuyo sepelio años antes en Madrid el propio Fernando Zóbel recuerda expresamente durante su viaje a Canarias.

Y es que ese cuaderno de apuntes de Zóbel es uno más del patrimonio inigualable del acontecer vital que registra su periplo artístico innovador, a caballo entre la plasmación de una síntesis de abstracción ecolírica y un método de riguroso apasionamiento por el color que le llevó a sustituir el uso directo del pincel por jeringuillas y cuadrículas en el tratamiento de sus telas, cada vez más cotizadas en el mercado del arte y en pleno proceso de catalogación razonada a cargo del prestigioso crítico de arte Alfonso de la Torre. Aquel cuaderno de Lanzarote, representa un maravilloso documento para los anales de su historia, a  sumar junto a las otras crónicas de la isla de los volcanes que la incluyen entre uno de los singulares paradigmas de recreación artística universal: cuadros del belga Pierre Alechinsky o Jan Hendrix, libros de Saramago, Ignacio Aldecoa, Houellebecq y canarios de la vanguardia como Agustín Espinosa y el propio Rafael Arozarena, sin olvidar las primeras expediciones normandas del siglo XV que hacen de Lanzarote el primer lugar de expediciones hacia el nuevo mundo.

Entre las acuarelas y apuntes de Zóbel de 1976 aparecen numerosas consideraciones que de forma espontánea, bajo la mirada de un artista exquisito que roza la perfección en su quehacer pictográfico, repiten nuevamente la constante histórica del ensueño provocado por las islas en viajeros extranjeros de toda época, esa configuración del paisaje insular que sigilosamente se ha ido conformando bajo una estela de perplejidades y seducciones comunes, a través de cuadros, libros de viajes y poemas, todo un imaginario de más de cinco siglos que las amenazas del desarrollismo y la irreversibilidad medioambiental hacen de esas láminas de Zóbel una auténtica reliquia, un tesoro de interés público que revaloriza, fuera del régimen de fluctuaciones monetarias de la industria turística, el incalculable patrimonio de la ruta de los volcanes.    

Samir Delgado (2017)

Publicado originalmente en El Perseguidor-DIARIO DE AVISOS

jueves, 5 de abril de 2018

"S​i no hubiera poetas no tendría sentido el mundo " Entrevista a Miguel Ángel Curiel​

El poeta Miguel Ángel Curiel (Alemania, 1966) 

Por tercer año consecutivo en 2014 tuvo lugar la edición del festival Poesía para Náufragos ¿Cuál es su objetivo fundamental en el marco de la cultura de Castilla La Mancha? ¿Cuáles han sido las constantes durante su periplo como espacio de encuentro poético?

Poesía para náufragos nace de una idea muy cercana al delirio. Las ideas de los poetas siempre están cercanas al delirio, un territorio por otro lado lleno de claridad. La idea era simple, celebrar de manera anual un festival de poesía independiente en la ciudad de Cuenca en el que diferentes y plurales voces de la poesía española tuvieran un espacio en el que se las pudiera oír. Cuando digo independiente, me refería -y sobre todo en este tiempo de crisis, a la responsabilidad última de los artistas, poetas y creadores de todas las disciplinas a no dejarse morir en el silencio y la invisibilidad- Los poetas y los artistas dueños de sí, y no sujetos a ningún poder canónico. Una manera de autogestionar la poesía y de volver a ese acto de comunicación total con el público al que le gusta oír delirios de claridad, palabras en el aire. Ninguna institución gestionaría el festival, solo los poetas, un círculo de poetas y amigos amantes de la poesía, y Cuenca debía ser el lugar, la magia que aporta esta ciudad, en ningún otro lugar habríamos estado más a gusto. Sin embargo esto no quiere decir que por ejemplo instituciones que pagamos todos, como ayuntamientos o diputaciones no deban aportar esa mierda que se llama dinero. Después de tres años manteniendo y consolidando este festival en la ciudad de Cuenca no estaría mal un poquito de ayuda por parte de esas instituciones a las que he aludido.
Usted es poeta en plena era digital, de la crisis del tardocapitalismo y el derrumbe del estado de bienestar.  ¿Qué opina sobre el acontecer del panorama literario español y el papel del compromiso del creador en la sociedad actual?
El poeta es un ciudadano más, y se le exige como ciudadano y no como poeta o escritor, aunque ya sabe usted que los escritores y lo poetas algunas veces tienen esa autoridad moral que por ejemplo no tienen los sacerdotes. Sólo desde esa perspectiva el escritor debe estar involucrado de manera radical con su tiempo, pero insisto que se trata de ciudadanos, y que el compromiso es el de ser ciudadano que escribe poemas o novelas. Nadie debería hacer dejación de su función de ciudadano en su polis, en su estado o en su pequeño país, y es verdad que el poeta se toma esto a veces muy en serio, pero no porque su poesía cambie conciencias, esto nunca ocurrió ni va a ocurrir, solo que los pájaros cantan por la mañana, -también es verdad que si los pájaros dejaran de cantar esto supondría el fin del mundo- y que si no hubiera poetas no tendría sentido el mundo, pues ¿quién cantaría a los misterios de la vida? ¿Una máquina poética?. Un compromiso radical con su tiempo y ser testigo de él.


Cuenca es una ciudad de luz, con una tradición artística muy arraigada en su historia reciente y poetas de la talla de Diego Jesús Jiménez que la hicieron suya por medio de la obra poética. ¿Qué ofrece Cuenca en este sentido para autores como usted que provienen de otras geografías?


Cuenca está unida al arte desde que se plegaron estas montañas del sistema ibérico. Quien tenga capacidad de mirar podrá entenderlo. Ella misma es una obra de arte, una ciudad telúrica y celeste. La sensibilidad se eriza aún mas en estos espacios con los que cohabita la ciudad. No encontraremos un marco mejor para la poesía que el que nos ofrece esta ciudad en el mes de noviembre: los chopos arden en estos días -con sus hojas amarillas- solo para que los poetas puedan ver un poco más allá y no se pierdan en la noche oscura. Diego Jesús Jiménez era uno de esos maestros al que le debemos su inmensa obra, y sobre todo el nombre del festival: Poesía para náufragos, evidentemente relacionado con su libro "
Itinerariopara náufragos"
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Entrevista publicada en “Las Noticias de Cuenca”, Samir Delgado (2014)
Fotografía tomada de El Diario.es (2017)


Biografía del poeta

Miguel Ángel Curiel, poeta español, 31 de marzo de 1966 Korbach Valdeck, Alemania. En al año 2000 obtiene con el EL VERANO el accésit del premio Adonais de poesía. Durante 2009 y 2010 vivió en Roma, en la Academia de España, al serle otorgada la beca Valle-Inclán de escritura creativa. En 2013 reunió sus últimos diez años de escritura poética en EL AGUA, volumen donde se recogen los libros POR EFECTO DE LAS AGUAS, LOS SUMERGIDOS y HACER HIELO, libro este finalista del premio nacional de poesía 2015. Desde 2009 escribe a modo de diario poético fragmentado, LUMINARIAS (LUMINARIAS, cuaderno de Roma, y LUMINARIAS, 2010-2015 libro de las botellas) todos ellos en la colección Fragmentaria, editorial Amargord, Madrid. Sus poemarios más recientes son ASTILLAS, editorial Calambur, Madrid 2013, y el NADADOR, Mérida 2016, Editorial Regional de Extremadura. En breve aparecera FABRICA DE LA SEDA, edición bilingue español italiano en la Universidad de Bari, Italia, con ilustraciones de Juan Carlos Mestre, y MANACIONES, Amargord, Madrid, en la colección `C, que dirije Cecilia Quilez.


domingo, 1 de abril de 2018

“El hombre está hoy más solo que nunca” Entrevista a Patxi Andión

El cantautor y poeta Patxi Andion (Madrid, 1947)

Tras una trayectoria profesional de larga estela como cantautor, artista comprometido y profesor universitario, la famosa frase de Rimbaud vale como inicio. ¿Qué opinas sobre la declaración de que el arte es para cambiar la vida? ¿Te ha cambiado la vida el arte?

El arte es conciencia. Toda objetualización de una creatividad termina siendo un instrumento para el cambio. Y si no es así pues es una concepción eufemística del arte. Yo entiendo que el arte, igual que la comunicación, tiene que tener la intención de producir cambio en el otro, porque si no el arte, y sobre todo algunas artes, no tendrían mucho sentido. Si el objetivo de la obra de arte está en el propio proceso de construir un objeto y una vez construido un objeto dejarlo en sí mismo, pues entonces no merecería la pena. Aparte estaría en rigurosa contradicción con el origen de la representación artística, que siempre es sagrado. Está claro que cuando se empiezan a construir las primeras vírgenes neolíticas, lo que están haciendo es aduciendo a una conciencia, la fertilidad en el caso de las vírgenes. En definitiva, lo que hay ahí es un espíritu religioso, una espiritualidad. Para qué va a ser la espiritualidad si no es para mejorar y darle más cualidad a la vida humana, elevarla de las propias miserias de la vida material.

Se suele decir también, es otro de los referentes clásicos, que la patria del hombre es su infancia. Me gustaría mencionar la etapa de su juventud. ¿Cuáles fueron sus primeros pinitos artísticos, las influencias de los momentos más tiernos que determinaron su iniciación en el mundo de la música y de la creatividad?

Yo vengo de una familia donde la música estaba tremendamente presente. Mi madre cantaba maravillosamente, tenía una de esas voces que cuando uno la escucha gira necesariamente la cabeza para ver de dónde viene. Tenía un color, un timbre muy característico, muy propio, muy diferente. Tuvo muchas ofertas de profesionalización, pero bueno, fue una mujer que había sido una activista sindical, muy revolucionaria y entendía que tenía que hacer otras cosas. Su madre, mi abuela materna, había sido soprano profesional, un primo hermano de mi abuela era Jacinto Guerrero, compositor de ópera y de zarzuela. Consecuentemente yo desde que nazco estoy en ese entorno de personas que escuchan música. De hecho yo la primera vez que actúo en público fue tres días antes de cumplir los cinco años en una radio, Radio Madrid, donde hago una interpretación del niño Jesús en una obra navideña. Yo provengo de una familia profundamente atea, pero bien, estas cosas suelen pasar. Por otro lado, es la imagen de mi padre leyendo solo, con un flexo antiguo que tenía como una pantalla de hojalata, y las bombillas calentaban aquella pantalla. Entonces mi padre leyendo en invierno con una manta sobre los hombros, como haciendo una especie de tienda de campaña sobre la mesa del comedor y seguramente aprovechando el calor de eso, leyendo por la noche porque era la época en la que las dificultades económicas hacían que en mi casa, lo que mi padre leía eran libros alquilados, y se alquilaban por un tiempo. Cuanto más tiempo, más caro era el alquiler. Entonces había cosas que las leía de manera express.

Dicen que la música amansa a las fieras. A Orfeo también le devoraron los seres de la naturaleza por tocar tan tristemente la lira. La música también puede ser una forma de despertar conciencias. En América latina especialmente con la canción protesta. ¿Cómo se ubica en esa época transcendental para el auge del movimiento contracultural, como cantautor en los preámbulos de la transición y de la democracia en España. ¿Cómo se siente pasado el tiempo al respecto?

Por un lado, la música y concretamente la canción. Yo empiezo a hacer canciones cuando mi formación técnica musical termina de granar con la concienciación cultural, social y política. Por lo tanto, la motivación fundamental para hacer una canción es intervenir. La música que yo empiezo a hacer es lo que llamaríamos canción de intervención. En aquel momento evidentemente, con una dificultad de expresión personal, cultural, sociológica, la canción de intervención era una canción protesta. Mi padre sale de la cárcel en 1947 y yo nazco en 1947, soy un hijo de la libertad. Mi padre luchó en el bando republicano y fue represaliado, fue a la cárcel, se le condenó a muerte, que luego no se hizo realidad, dos de mis tíos fueron fusilado. Pertenezco a una familia de intervención política, social y culturalmente hablando, y yo tengo también esa base. En un momento dado eso se juntó y me hace empezar a hacer canción social y política, con una primera preocupación cultural. Yo grabo en 1968 mi primer disco, aunque sale en 1969 cuando me dijeron que íbamos a salir como un álbum. Aquello funcionó pese a las dificultades. Salió la cara A prohibida y a los quince días prohibieron la cara B. Yo empiezo a hacer ese tipo de música que es la música que he seguido haciendo toda mi vida. Hay un momento en el año 74-75 que tengo una enorme trascendencia popular, y entonces eso pues te lleva a otros lugares, sobre todo a que otras instancias del mundo de la comunicación se fijen en ti, y entonces empiezas a ser, a parecer en sitios donde otros cantautores de tu nivel no aparecen. Eso inicia una dinámica de trabajo comercial, de relaciones discográficas, y por otro lado la primera transición implica, como siempre pasa con la revolución, que es que el espíritu revolucionario llega hasta la consecución de la revolución, y a partir de ahí, evidentemente, entran otros factores en juego y hay determinadas cosas que hay que empezar a pasar página de algunos cantautores como Ramón, Paco Ibáñez, o yo mismo. Eso tiene como consecuencia paralelamente mi desarrollo universitario, en el año 85-86, y afortunadamente la universidad es la que me ayuda a ese proceso hasta que al cabo de unos años ese proceso se ha terminado de digerir y yo tengo la sensación de que puedo volver a retomar el lugar por donde yo estaba. Volver a retomar los conciertos de guitarra y voz, y volver a grabar cosas en las que yo creo que hay que hacer, y poniendo el dedo en la llaga que creo que hay que ponerlo. Entonces ese es el final de los últimos tiempos.

Tras una gira pasada por Portugal, desarrolla su labor docente en la UCLM. Esa combinación del papel creador con la de docente la ha ido acumulando en el tiempo. ¿Cómo ve la situación en el mundo de la Universidad y de los jóvenes creadores?

Probablemente podamos estar en el camino de que los próximos años surja una generación de gente de cantautores que también estén ahí. Hasta ahora, exceptuando alguno, la verdad es que ha habido mucho adocenamiento y mucha dedicación a la explotación comercial, a la repetición de sí mismos. Hay mucho creador que se ha dedicado no solo a repetirse sino a explotar esa repetición, cosa que a mí me parece rigurosamente válida. Hay pintores que se han dedicado durante 30 años a pintar el mismo cuadro y consecuentemente a mí me parece absolutamente legítimo. Evidentemente para que todo esto avance es necesario un espíritu de rebeldía y después un camino de experimentación. Yo intuyo en los nuevos cantautores que hay algunos que tienen aprecio, no me refiero a aprecio en cuanto a la figura del maestro que está ahí haciendo cosas, sino que hay cosas por decir, que es lo más importante. En la rebelión y en la experimentación es donde está el futuro de la renovación.

Hablando de futuro, usted está especializado en Ciencias de la Información. Me interesa su reflexión sobre el impacto de los mass media y el trabajo periodístico en todas sus facetas, ¿cómo se ve desde el mundo de la academia el universo de los medios de comunicación de masas en el día a día?

Yo creo que en teoría de la comunicación yo no he conocido a ningún comunicólogo que haya renegado de McLuhan. El medio, como su propio nombre indica, va condicionando no solamente el concepto, sino también el discurso. Yo soy un hijo de la radio. En mi casa, cuando yo era pequeñito, lo que había en la cocina era una repisa y una radio Philips, y aquello era casi como la hornacina de los santos que hay comúnmente en algunas casas en Latinoamérica. Claro, la transición que hay en el carácter de los medios y en el discurso de los medios es tremenda. De la radio a la televisión y al mundo digital, la diferencia es enorme. Yo creo que todo va acumulándose y todo va dando cabida a lo anterior, consecuentemente la escritura no borra la memoria del hombre, y yo entiendo que los medios van acumulando realmente. Lo que pasa es que al final, como conclusión, es que la globalización, la comunicación globalizada, según ha ido avanzando, ha ido dejando solo al hombre. Yo entiendo que el hombre está hoy más solo que nunca. Es verdad que está también más libre que nunca. Yo creo que en el concepto de proceso el hombre es más libre, pero si quitamos la concepción, o si variamos el modelo de comunicación de proceso a un proceso más hermenéutico, más interpretativo, pues entonces ahí el aspecto cualitativo baja mucho. Yo creo que el hombre está más solo y hay más paletos digitales que nunca.

Háblenos de su último disco, Cuatro días de Mayo, y el libro de poesía Breverías. ¿En qué lugar se encuentra ahora mismo en su trabajo de difusión creativa?
                                 
Breverías es un libro de versos sueltos, ni siquiera de versos, yo digo que son sueltos. Puede que en algún caso sean sueltos poéticos pero en definitiva son impresiones, y en el prólogo digo que se parecen más a los gestos físicos que a otras cosas, es decir, un movimiento que se dibuja y que empieza y termina en sí mismo. Siempre estamos hablando, refiriéndonos a algo que ha dejado de ser, cosas que escribí y que escribiéndolas dejan de ser. El libro responde a varias personas que pedían su publicación, y ahí está publicado para que no quede que yo quiera ocultar algo de lo que hago. El disco, Cuatro días de mayo, es el primer disco en directo de mi carrera, el vigésimo de mi carrera. Es el primero después de 46 años porque yo nunca he creído en el directo. El directo es una polaroid que quiere o pretende ser un largometraje. Es la propia vida del músico, la propia trayectoria, y lo maravilloso es ir viendo en diferentes circunstancias al músico haciendo en directo diferentes cosas. Pero bueno, algo hay que dejar, porque no tenía nada en directo y elegí que se grabaran esos 4 conciertos de 2011 en Portugal, que fue Lisboa, Oporto, Figueira da Foz y Guarda e Porto. Sobre todo en Figueira, en Casa da Música, porque la sala sinfónica de ese teatro tiene fama de tener una sonoridad muy especial. El diseño es de Óscar Mariné en blanco y negro, porque yo quería algo muy elemental y sobre todo muy sintético; y también muy poco elaborada, muy instantánea. No hay ninguna foto retocada, no hay photoshop en ninguna de las fotos pese a lo que me recomendaron, porque mi intención era que no hubiese trampa por nuestra parte.  El disco está teniendo buena acogida y elegido en diferentes sitios como disco del mes.

¿Qué significan ciudades como Cuenca para usted? Siendo una ciudad que fue republicana, que asumió un papel protagonista en el auge del arte contemporáneo en el Estado Español, es un lugar del imaginario quijotesco, y es una ciudad donde tenemos el placer de tenerle como profesor

 Cuenca es una ciudad levítica, es una ciudad mágica. Cuando a mí me proponen venirme de la Complutense a la UCLM me proponen la cátedra de sociología en Albacete, o me proponen la titularidad en Bellas Artes. Yo elijo venir aquí, pero podría haber elegido la cátedra en Albacete. Yo tenía la sensación de que en Albacete y en la sociología no tenía mucho que hacer, no tenía mucho desarrollo, mientras que en Bellas Artes sí, Bellas Artes evidentemente iba a estar más en relación conmigo. Elegí Cuenca en ese sentido, que es una ciudad mágica y estoy encantado con ella.

Entrevista publicada en “Las Noticias de Cuenca”, Samir Delgado (2014)
Fotografías y transcripción de voz José M. Sanz