viernes, 22 de abril de 2016

“Acercar la creación poética a cada rincón de la ciudad”. Entrevista* sobre el Tren de los Poetas

Samir Delgado (2016)


La idea del tren de los poetas surgió durante un viaje a Cuenca en el verano de 2013. La ciudad atesora por su ubicación geográfica un potencial imaginativo muy interesante que a lo largo del tiempo ha suscitado muchos textos poéticos a cargo de autores de solera internacional. Así que poner en marcha el tren era solamente cuestión de tiempo, sin ayudas institucionales, a través del contacto directo con poetas contemporáneos buscamos todos los medios posibles para que fuera una realidad lo que en un principio parecía un imposible, conseguir que cada mes un poeta del mundo visite la ciudad. Y así fue, más de 30 poetas han conocido Cuenca, y Cuenca ha podido disfrutar de sus voces poéticas durante los últimos 2 años. La idea del Tren de los poetas fue una intuición, funcionó hasta el momento preciso del viaje de retorno, cuando ya por fin regresé a las islas.

Tras las 25 ediciones, cada visita de un poeta internacional cumplía un propósito básico: acercar la creación poética a cada rincón de la ciudad. Y desde el principio conectamos con la ciudadanía, los poetas de lugares tan dispares como Irak, Colombia, Serbia, México, Japón o Nueva Zelanda tuvieron la oportunidad de recorrer sus calles, leer poemas en los centros educativos, conocer los museos de la ciudad y establecer contacto con el tejido cultural de Cuenca. Nunca recibimos subvenciones económicas de ningún tipo, a través de la colaboración colectiva y la generosidad de los propios autores, pudo hacerse realidad el Tren de los poetas cada mes durante los dos últimos años.

Ha contado con autores de diferentes tendencias creativas y generacionales. Nuestro primer invitado fue el poeta iraquí Andul Hadi Sadoun, un escritor árabe de primera línea que en su trayectoria literaria mereció distinciones como el Premio Antonio Machado. Fue una visita que prolongó más adelante su vínculo con Cuenca gracias a la celebración en dos ocasiones del Salón Internacional de Literatura Árabe. A partir de ahí hemos recibido la visita de otros poetas como Sergio Laignelet de Colombia, el profesor Niall Binns de Escocia, Óscar Pirot de México, autores canarios como Juan Carlos de Sancho o Sabas Martín, Miguel Ángel Curiel, Ahmad Yamani de Egipto, Layla Benítez James de Estados Unidos o como ejemplo paradigmático y símbolo del tren de los poetas, la escritora mapuche Rayen Kvyeh que celebró la plantación del Árbol de la Poesía en los jardines del Centro UNED de Cuenca.

Cada poeta que ha visitado Cuenca ha ofrecido una mirada nueva al mundo. Por eso la temática siempre ha sido variada y múltiple, desde la experiencia de la guerra a los cuentos infantiles, desde los bestiarios al tema del amor, de la justicia a la memoria histórica. Por ejemplo el poeta uruguayo Elder Silva nos contaba la realidad de su país y los cambios sociales producidos gracias al Frente Amplio. También merecen una especial referencia los poetas árabes, y los latinoamericanos en especial, a decir verdad, todos eran originales, el rumano Gelu Vlasin por ejemplo tuvo muy buena sintonía con la ciudad, y así cada mes. Si hubo una temática común entre todos, esa fue Cuenca. La ciudad siempre fue protagonista.  

El Tren de los Poetas ha sido un proyecto innovador, con vocación de alcance social y valor educativo, alejado de los recortes institucionales sobre la cultura y ha sido sobre todo un ejemplo de continuidad a pesar de las dificultades y las carencias de presupuesto. Con ilusión pudo sobrevivir 25 ediciones y no ha continuado precisamente por su propia lógica, al finalizar mi estancia en la ciudad, alcanzó su límite, como suele suceder en todos los lugares con los proyectos alternativos que parten de la gente. Sin duda alguna, dentro de muy poco, el Tren de los poetas volverá a ponerse en marcha en otra ciudad, de otro continente, porque otras Cuencas esperan a los poetas del futuro.

Los aspectos más interesantes del Tren de los poetas siempre tenían como denominador común el impacto de la ciudad en la mirada del poeta. Por ejemplo, la brasileña Teca Barreiro mantuvo un vínculo muy emotivo con la atmósfera de Cuenca, al igual que . Una vez solamente no pudimos recibir una visita programada, la del poeta hindú Subhro que por motivos de salud no pudo estar en Cuenca. Y quedaron también muchas visitas pendientes, de autores internacionales y de todo el Estado que mantenían su interés por subirse al Tren de los Poetas. Nunca se sabe lo que depara el futuro, algún día el Tren volverá rumbo a Cuenca. De hecho habrá una edición especial en Minglanilla por haber sido este pueblo conquense una parada fundamental de los poetas que en la guerra civil se desplazaron en solidaridad con la república.

El Tren de los Poetas fue incluido en el directorio oficial del movimiento poético mundial, la Red Internacional de Festivales de Poesía Word Poetry Movement que coordina desde Colombia el poeta Fernando Rendón, integrándose junto a centenares de proyectos mundiales de literatura como uno más, siendo Cuenca la sede y el destino de la poesía. Fue presentado en diferentes continentes como un proyecto internacional, estuvimos hablando en Oporto, México D.F y hasta en Ramallah. Durante todo este tiempo, cada mes tuvimos oportunidad de que los poetas visitantes tuvieran eco en los medios de prensa, especialmente el semanario Las Noticias de Cuenca, que siempre tuvo un feeling especial con la cultura de la ciudad. 

De cada poeta quedan como legado sus poemas a la ciudad, de hecho está prevista una antología de poetas bajo el cuidado del cronista Miguel Romero, que siempre estuvo favoreciendo el proyecto con su apoyo incondicional. Otras instituciones conservan el paso de los poetas como la RACAL o la Biblioteca Pública Fermin Caballero. Aunque el testimonio de toda la experiencia del Tren de los poetas está en manos de los conquenses que participaron como público en estos años. Gracias a ellos el Tren de los Poetas formó parte de la historia de la ciudad.

*Extracto de entrevista concedida a Adelina Flores, Facultad de Periodismo de la Universidad de Castilla La Mancha (2016)

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