miércoles, 7 de mayo de 2025

“En las islas la poesía es un hiperenlace” Entrevista en el 5º Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía




Entrevista con Ulises Paniagua, director del 5º Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía

Continuamos con esta serie de entrevistas, realizadas a algunas y algunos integrantes del Quinto Coloquio Internacional de Poesía & Filosofía, acerca de su perspectiva sobre la poesía, la filosofía, la relación entre ambas disciplinas, así como su quehacer ante los eventos del mundo contemporáneo.

Toca el turno, desde Islas Canarias (aunque radicado en México) al escritor Samir Delgado, quien nos brinda sus estupendas reflexiones. Te invitamos a leerlo.

Y recuerda que "sensibilidad es pensamiento".

***

Entrevista a Samir Delgado 

(Islas Canarias)

1. Lo primero que quiero preguntar, es: ¿tienes un concepto definido de lo que es la poesía?, ¿has logrado hacerte de una definición propia a través de leerla y escribirla?

En las islas, la poesía es un hiperenlace que conecta con el devenir histórico y el proceso civilizatorio de Occidente, nuestro mapa natural es de agua y arena, la extensión solar del Sahara y el rumbo azul a las Américas. De ahí que nuestro horizonte se constituyó a partir de su origen, en mito poético, evocación paradisíaca. Los primeros documentos poéticos provienen de esa vértebra inmemorial, la poesía es consustancial a las islas. Una definición propia tendría que hacerla por la vía del descarte. No es poesía todo aquello con pretensión mercantil, stock en oferta, solapas y manojos de lirismo egolátrico emanado del capitalismo tardío. En las islas contamos con el alelamiento del otro lado que pintó y soñó Manuel Padorno, autor mayor de la poesía canaria. Y el caracol nocturno en un rectángulo de agua es la mejor definición, Lezama dixit. Para mí la poesía es toda la soledad, la edad de los soles, sol y edad, tiempo íntimo de astros, órbitas que dialogan en su milagro de luz.     

2. ¿Esa concepción fue diferente en algún momento? Es decir, ¿tuviste algún criterio distinto al respecto de la poesía en otra época de tu vida?

Bécquer, con velas a medianoche, fue mi lectura adolescente, cuando se dormía en casa, apagada la televisión, 19 años. Era un dispositivo poliético sin consciencia del oficio por venir. Más tarde Baudelaire y las manifestaciones estudiantiles, el descubrimiento de la poesía canaria: Lezcano, Pedro García Cabrera, los hermanos Millares Sall. Realmente la confluencia de voces es un recorrido necesario, la mayor ebriedad posible de lecturas potencia nuestra pluralidad, democratiza lo poético, lejos de parroquias y sectarismos, tan abundantes en la poesía española. Hoy leer poesía vasca o catalana me parece la mejor instrucción, voces indígenas del planeta, archipiélagos todos del acontecer humano. Recuerdo el impacto de una visita a la biblioteca de Brooklyn, clavado el espinazo aún mojado por la lluvia durante más de cinco horas bajo la estantería de Poetry books, y leer en inglés lo que se podía, sentir eso, susurros de otras vidas, alteridades sonámbulas y peregrinas, una suerte de nomadismo poético. La poesía es la mejor diplomacia, los ministerios de cultura en el mundo deberían unirse, una interconexión planetaria que devuelva el sentido vital a las sociedades.

3. ¿Crees que exista una relación cercana, profunda, entre poesía y filosofía, o consideras que no tienen liga alguna?

Hay que volver a encender las hogueras en la noche de la tribu. Ir más al cine, discutir lo visto, retornar a las tertulias de café. Es una sinergia esencial la ligazón entre poesía y filosofía, toda obra poética lleva consigo una cosmovisión, la Weltanschauung, una filosofía. Incluso los sistemas filosóficos pueden leerse como un conjunto de poemas; yo tuve asignaturas de metafísica y ontología, estética y filosofía del lenguaje, el Tractatus de Wittgenstein es poesía vienesa, la Rayuela de Cortázar suma ambas en prosa, yerba mate. Siempre odié a Vargas Llosa, no leer ni un reglón suyo fue un acto poético, Marcuse lo dijo todo en su obra “El hombre unidimensional”, como Whitman en sus “Leaves of grass”. En casa siempre me acusaron de haber estudiado una carrera inútil, sin salida. Vivo de escribir desde entonces, las torres de libros de poesía y filosofía se han entremezclado en mi escritorio durante dos décadas. Los libros me salvaron del silencio zombie posmoderno.  

4. ¿Piensas que existen poetas, que hayas leído, que logren un verdadero planteamiento filosófico en alguno de sus textos? ¿De qué forma lo hacen?

Pizarnik, la conciencia de la existencia llevada al extremo es un corpus filosófico, igual sucede con Lorca, no se puede entender Nueva York y el estado del mundo sin sus versos. Toda la bazofia poética publicada en las redes no deja de ser también la miseria de la filosofía. Escribir es algo performativo, somos palabras heridas de ecos, polifonías circunavegantes. En Canarias, la poesía de la Autonomía tiene un punto de arranque para un filosofar futuro de la condición insular, los líquenes sembrados prosiguen la estela cosmopolita de lo transfronterizo, por eso desde las islas el siglo 22 ya debe empezar a pensarse, las ciudades continentales están colapsadas, es la saturación del milenio. Y claro que hay poetas filósofos; hace un mes falleció Andrés Sánchez Robayna, su último libro “Las ruinas y la rosa” es un paradigma: fragmentariedad, caleidoscopio existencial, sabiduría interrogante.

5. ¿Consideras que existen filósofas o filósofos, que hayas estudiado, que logren un grado poético en algunos de sus párrafos o sus ideas? ¿De qué modo?

Todas las veces que he estado en París he querido ver a Gaston Bachelard cruzando la sombra de los bulevares. Ahora me interesa sobre todo la obra de los caribeños, de Antonio Benítez Rojo a Édouard Glissant, la pena es que en las facultades españolas se lee a Deleuze como mucho, y no hay noticias de la Poétique de la relation del martiniqués; se publicó en 1990, y ya van tres décadas de retraso. Es la herencia residual que persiste en el imperio. Los planes de estudios europeos son mierda para las moscas. Y la clase profesoral perpetúa el hedor con sus clases de media hora, es el fracaso de la modernidad. Sin embargo, el autodidactismo es un salvavidas, fue en Internet donde descubrí tratados de filosofía feminista que hablaban de escupir a la cara a Hegel, existen filósofas y estoy con ellas, la Ilíada hoy y siempre fue poesía biopolítica, dejémonos de tonterías con la división de disciplinas en compartimentos estanco. Leer a Ortega y Gasset, a Lledó, a Zambrano, discutirlos y entenderlos más allá de la España monárquica, es un ejercicio poético de ciudadanía futura.

6. ¿Piensas que exista la poesía más allá de la palabra, o es un asunto exclusivamente escrito?

El silencio después de Auschwitz está superado, así como también el camposanto recitado por Edgar Lee Masters. La poesía siempre trasciende la palabra porque las palabras son imágenes, cosas de verdad, alientos que se intercambian entre los siglos y las naciones, la poesía es la crítica de la razón impura. Y es providencial que se vuelva a escribir de nuevo, aunque sea en WhatsApp, articular palabras es un acto poético por naturaleza, aunque son los ojos quienes hablan y escuchan, somos seres mirantes, habitamos palabras. Hoy en día se requiere urgentemente la apertura “24 horas” de los museos y las bibliotecas, acceso libre y gratuito, universal: la humanidad está en juego.   

7. ¿Cómo contemplas el estado del mundo actual y cómo pinta el futuro para los tuyos y el planeta, según tus ojos?

Hay razones para la esperanza, no soy amigo de los pesimismos conformistas, y mucho menos de las euforias de la realpolitik que legitiman el consumismo total y la barbarie a escala planetaria. Confío siempre en que regresen los adoquines al cielo. Yo provengo de las islas del turismo masivo, de la ecodepredación sistemática, de la carnicería multicultural, por eso mismo ejerzo el derecho a la disidencia contra el capital: amo los bosques de Sajonia y el desierto del Sahara, me proclamo boricua por mis acentos y quereres. Me declaro abiertamente posfeminista, apóstata y filibustero, sesentayochista. Detesto a los poetas indistintos de gorgorito para “like”, gentes que escriben sin saberse qué votan, ausentes de la polis. A fin de cuentas soy un descendiente de fenicios y guanches, como le dije una vez al artista Martín Chirino en Madrid, la pertenencia a lo múltiple y diverso es un goce de por vida. 

8. ¿Crees que poetas y filósofos deben contribuir a la construcción de un futuro mejor, sin una obligación propiamente, o no tienen ninguna relación con ello? Si la respuesta es sí, ¿de qué forma pueden hacerlo?

Sí es un nuevo imperativo categórico ser rebeldes. Ernst Bloch defendía en “Das Prinzip Hoffnung” la idea de actuar en función de la correspondencia ética con las futuras generaciones, el planeta tiene quien se lo cargue las 24 horas y quien lo defienda también, la cuestión es saberse de un bando o del otro. Tal vez sean nuevas variantes de la lucha de clases: turistas y nativos, despilfarradores y decrecentistas, peatones del mundo unámonos contra las autopistas y los parkings. Se me ocurre que sería providencial que exista un Speaker-Corner en cada parque, que se impartan asignaturas en los colegios sobre la participación en asambleas vecinales y en los sindicatos, horizontalizar las esferas de la vida, desplumar poco a poco al poder, que filosofar sea también uno de los primeros auxilios frente a la hecatombe mundial.    

9. ¿La poesía y la filosofía se encuentran, en tu opinión, en el día a día? Si es así, ¿de qué forma lo hacen?

Volver a pensar todo otra vez es el gran desafío. En las islas tenemos un tiempo geológico de los volcanes, la historia es un chasquido de dedos y solamente el arte es capaz de asumir ese diálogo vital, de ahí que obras artísticas como las de César Manrique o Manuel Millares desplieguen un atractivo esencial para que lo poético y lo filosófico se conjuguen, en mi caso he escrito libros sobre cada uno de ellos. Un pulso poético sin un aliento filosófico puede quedar en papel mojado, y lo mismo del razonamiento conceptual que no consiga ingeniar imágenes poéticas en su armazón teórico. Las islas en el fondo han sido un laboratorio civilizatorio, hemos sido origen de procesos traumáticos y también liberadores. Lo dijo André Breton, las islas son lo ultrasensible del planeta. Justamente los coloquios, foros y congresos, los festivales, mantienen el pulso de la vida, del pensamiento y de la creación, acercando orillas y miradas ante un mundo escaparatizado donde reinan maniquíes y códigos de barras, la utopía neoliberal ha tenido éxito y su desenlace es el acribillamiento del globo terráqueo.   

10. ¿Quieres compartir un mensaje poético o filosófico para el futuro próximo? Muchas gracias.

“Todo era una isla con millones de años luz” (“Banana Split”, Samir Delgado, 2010). 

Gracias a ustedes.

***

Samir Delgado 

(Islas Canarias, 1978) 

Poeta y crítico de arte, Licenciado en Filosofía, miembro fundador de la Revista Trasdemar de Literaturas Insulares y del proyecto “Leyendo el turismo”. Entre su obra poética destacan “Banana Split”, “Galaxia Westerdahl”, “Las geografías circundantes”, “Jardín seco”, “Pintura número 100”, “La carta de Cambridge” (Prix International de Littérature Antonio Machado), “Los poemas perdidos de Luis Cernuda”. “Antes de la cosecha” (Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente) y “País natal” (El sastre de Apollinaire, Madrid 2024). Es autor del ensayo "Turisferia" (Colección Clavijo y Fajardo, Gobierno de Canarias, 2023).

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