viernes, 30 de octubre de 2015

El quijote de la farola. Entrevista de Islas Canarias a La Habana



Miriela Fernández Lozano
 (La Habana)

¿Sientes en tus escritos un tono pesimista? Fue la pregunta que inauguró nuestro diálogo. Al abrir las páginas de Una casa mal amueblada, el libro que el poeta canario Samir Delgado presentaba en La Habana durante los días del XV Festival Internacional de Poesía, mayo de 2010, se había agarrado a mis ojos una frase del filósofo Teodoro Adorno: “El pasado reciente se nos aparece siempre como si hubiese sido destruido por una catástrofe”. Y quise saber si para el autor isleño estos eran también días desesperanzados, de olvido, “tiempos no buenos para la lírica.”

Samir Delgado: No se trata de pesimismo claudicante, sino de realismo consciente acerca de la grave amenaza que atraviesan los pueblos. La escritura no es un bálsamo espiritual para quedarnos tranquilos, sino un pinchazo que dificulta el letargo y la adaptación a la situación que vivimos.

Su respuesta anunciaba una conversación sobre arte comprometido y cómo el pueblo de Canarias huye constantemente de la resignación. La historia actual de la resistencia en las islas y la denuncia en torno a su contexto social y político aparecen desde obras anteriores de este joven escritor de 32 años, entre ellas De Guajara a Tafira. Travesías del movimiento estudiantil canario, Última postal desde Canarias, El monte se quema. Un libro contra el fuego y Canarias al Sur. Trilogía global de la ciudad turística.

Una casa mal amueblada da continuidad a este activismo. Los artículos que conforman el libro dejan el sabor a un periodismo juvenil, alternativo. Junto a varios poemas recorrieron primero diversos medios digitales. Nos detenemos en la portada. La ilustración de la artista Patricia Delgado también intenta adentrarnos en sensaciones de caos, desorden…
El humo del café surca las palabras del poeta mientras describe las crisis de esta casa:

Samir Delgado: Una casa mal amueblada es una alusión metafórica a la grave situación social, ecológica, política, económica del archipiélago y también del mundo.Pero sobre todo, el título se refiere al peligroso problema de desarrollo urbanístico en las islas, al impacto ecológico del monocultivo turístico que se viene implementando a partir de las postrimerías del franquismo. Obviamente, después de 40 años de alocada ceguera y búsqueda de acumulación de capital, nos encontramos ante una situación preocupante, irreversible.

Y, aunque con el sudor de numerosos movimientos sociales la sociedad canaria ha logrado derechos civiles de libertad de expresión, sanidad pública, educación, vivienda -asuntos relativos a las demandas históricas de todos los pueblos de España contra el régimen franquista-, sufrimos las consecuencias de que Canarias sea hoy un tubo de ensayo neoliberal. Como refiero en el libro, el tiempo en la ciudad turística de las islas es un chicle de fresas, es decir, todo sigue la búsqueda del rendimiento económico, de la mercantilización del espacio físico y de la utilización del paisaje con fines profundamente especulativos.

No hay una diversificación de los ingresos turísticos de la sociedad canaria, de todos los municipios, desde un punto de vista integral, planificado. Las ganancias vuelven al circuito de capital financiero europeo, se maltrata ese espacio virginal, de gran riqueza, con joyas o reliquias naturales como los bosques de laurisilva.

Otro ejemplo de lo mal amueblada que está la casa es la corrupción política. En las islas existe una partidocracia donde los partidos hegemónicos -como el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)- mantienen un pulso político a nivel estatal, y eso repercute en las soluciones que necesitamos. Esos partidos defienden los intereses de la patronal, de la industria hotelera y del capital privado español, lo que provoca un vacío democrático y una corrupción galopante que ha degenerado el oficio de la política.

El diálogo regresa a su inicio. ¿Cómo escapa la escritura del hermetismo ante este panorama?, indago, y otra vez una poesía viva, cargada de tradiciones, muestra deseos y modos de ordenar la casa.

Samir Delgado: En Canarias existe una gran cantidad de referentes literarios comprometidos con los valores de la izquierda. Poetas como Pedro Lezcano y Agustín Millares apostaron por la denuncia y la memoria. Durante los años 50 y 60, con los aires del boom latinoamericano, aprovechando el realismo mágico y el acervo de identidades oriundas, una gran cantidad de escritoras y escritores llevaron adelante prácticas del cooperativismo literario. En ese momento hubo ofertas culturales que buscaban erradicar el alto índice de analfabetismo en Canarias.

Nosotros seguimos esa vereda de una literatura comprometida. No queremos escribir desde torreones de marfil, ajenos a las condiciones sociales, sino, todo lo contrario, intentamos a través de la literatura focalizar la necesidad de cambios y alimentar lo universal de todos los pueblos que, en Canarias, se materializa en la defensa de nuestra identidad, en la consecución de una justicia social y en el ejercicio de nuestra soberanía.

Hoy, los planes de estudio de la Universidad canaria se encuentran bajo la tutela de las leyes educativas españolas y el proceso de homologación de estudios superiores supone recortes sustanciales a contenidos canarios en asignaturas sobre la realidad insular. Esto dificulta que los especialistas, que los profesionales futuros tengan una cercanía real a las necesidades colectivas de la sociedad.

Por ello, la palabra poética la colocamos al servicio de la construcción de un mundo mejor. Es una especie de espejo donde se hace referencia a la gran cantidad de contradicciones sociales que padecemos en las islas producto de la instalación de un modelo depredador.

El enfrentamiento a esta situación no surge sólo desde el ámbito de la cultura. Según cuenta Samir, el panorama de movimientos sociales de las islas es muy amplio. Mientras refiere momentos del nacimiento de esta resistencia, noto las cercanías con nuestra historia: Siglo XV. Los conquistadores desembarcando ante los ojos de los guanches, primeros habitantes de las islas. Grandes caracoles llamando a nuevas escaramuzas. Los legendarios reyes de aquellas tierras vírgenes, menceyes o guanartemes, dejando huellas de rebeldía.

Samir Delgado: Durante cinco siglos el imaginario colectivo de nuestra sociedad se inspiró en las figuras de los antiguos canarios dentro del largo proceso de conquista, en los valientes menceyes y guanartemes o en leyendas rescatadas de la tradición oral.

Estas recurren a esa imagen rebelde del guanche que, para no caer en manos del conquistador, prefiere lanzarse al vacío al grito de vacaguaré -palabra de origen bereber que significa “quiero morir". La frase ha reflejado la toma de conciencia frente al foráneo, que si bien representó el elemento de “lo de afuera” como enriquecimiento cultural de nuestro mestizaje, también profundizó la utilización de las islas para la explotación en tiempos coloniales.

Por eso, los isleños sienten una gran admiración por los próceres de la independencia de América Latina como José Artigas, Simón Bolívar, Francisco de Miranda o José Martí, este último de procedencia canaria a través de su madre Leonor Pérez. También el indigenismo y el proceso de descolonización en África contribuyeron al posicionamiento ideológico de la izquierda canaria que, además, se ha alimentado siempre de los postulados de la clase trabajadora y de la necesidad de preservación de nuestra identidad.

Tampoco olvidamos ese patrimonio de figuras eminentes que se levantaron contra el golpe militar franquista que empezó en Tenerife en los años treinta. Son referentes importantes para la memoria colectiva de Canarias la corriente anarquista de ese período, el pensamiento de José Miguel Pérez, quien participó en la fundación del Partido Comunista Cubano, y de Guillermo Ascanio, una de las últimas voces resistentes al franquismo.

En Canarias, aunque no hubo resistencia armada, muchas organizaciones políticas sufrieron represiones. Se escriben capítulos importantes en Vallehermoso, La Gomera, y hubo una declaración en La Palma como isla independiente de España, pero este intento enseguida abortó.

Hoy, a través de la ley de memoria histórica, movimientos sociales herederos de esta etapa han iniciado la búsqueda de cuerpos de los represaliados por el franquismo. Es otra forma de rendir memoria y justicia.

Desde los años sesenta, el movimiento estudiantil, el sindical, con las reivindicaciones de la población en los márgenes de la igualdad de género, facilitaron la emergencia de un movimiento político, emancipatorio, que se consolidó en torno al histórico Partido Nacionalista Canario, fundado por isleños en Cuba y Venezuela a comienzos del siglo XX.

¿Cómo influyó el elemento africanista en estas luchas, teniendo en cuenta la posición geográfica de las Islas?

Samir Delgado: La configuración del elemento africanista llega a través del Movimiento para la autodeterminación e independencia del archipiélago canario (MPAIAC), que funda la bandera de siete estrellas verdes en Argelia, y consigue elevar a la organización de estados africanos una resolución a favor de la descolonización del archipiélago. Esto ocurre concretamente en 1964.

La presentación ante Naciones Unidas de este proyecto de autodeterminación y su consolidación fueron frustradas con un atentado terrorista a Antonio Cubillo, líder del movimiento independentista. El hecho, ya reconocido, y con indemnización incluida, del Estado español contra Cubillo hundió las bases organizativas de este proceso, frenado también por la represión.

Durante estas luchas sociales y hasta hoy, la falta de cohesión ha supuesto una atomización de las organizaciones políticas en las islas, lo que ha imposibilitado efectuar un cronograma de transformación social nacional y de confraternización con todos los demás pueblos. No se logró la unidad programática en la izquierda nacionalista canaria, aún cuando se han obtenido alcaldías capitalinas, entre ellas la de Las Palmas de Gran Canaria, e incluso, hemos tenido la buena gestión de algún poeta insular como es el caso de Pedro Lezcano.

Las estrategias de resistencia política popular están siempre dificultadas por la realidad de nuestra geografía. Sin embargo, esto no ha evitado la participación ciudadana y nuevas experiencias de lucha, sobre todo en el ámbito ecologista.
Hay una fuerte oposición a la construcción del macropuerto de Granadilla, en el sur de Tenerife, con una inversión de capital foráneo, que atrae la edificación de plantas de gas y el tráfico de mercancías peligrosas. También, frente a la demolición de lugares de gran riqueza natural. La ley de suelos ha traído consigo una situación dramática. Varias familias han sido desalojadas en beneficio del capital como en la comunidad Cho Vito. Muchos pescadores quedaron sin casa siguiendo esta ley, pero los hoteles no fueron tocados.

Hoy también existe una continuidad a esa lucha que en 1986, a través de un referéndum, dijo no a las estrategias militares de la OTAN. Canarias y el País Vasco levantaron sus voces contra esta organización. Y no ha faltado la solidaridad internacional. Nos hemos manifestado contra la guerra en Irak, el conflicto entre Israel y Palestina, y, sobre todo, hemos acompañado al vecino pueblo saharaui, que necesita un reconocimiento a su derecho de autodeterminación frente a la ocupación marroquí.

El quijote de la farola

Cuba, a pesar del permanente estrangulamiento de su modelo económico socialista y la deriva social de sus propias contradicciones internas, continúa albergando en los amaneceres de su largo malecón la utopía revolucionaria.

Hace unos días, enviadas desde Canarias, esas líneas desembocaban en mis manos. Casi al concluir nuestro encuentro en La Habana, y después de desandar esta otra Isla, Samir Delgado había prometido una carta que hablara de la Cuba de hoy, de la necesidad de continuar caminando a su lado, de no olvidar el entusiasmo que se respira en fotos alucinantes como aquella de Korda, donde, desde una farola, “un guajiro con pinta quijotesca” contempla al pueblo.

Samir Delgado: Como isleño, como activista de la realidad social en las islas, siento que es necesaria la articulación de los procesos que se dan en Canarias con los elementos más transformadores, más frescos de la sociedad cubana. Más aún, a raíz de la campaña mediática contra Cuba, originada en torno a una plataforma de artistas españoles. Es cierto que en la actualidad a veces falta información, pero no hemos sido para nada ajenos a la importancia de la consolidación de un proyecto político internacionalista, indispensable, de la vocación de los pueblos.

A pesar de la desmemoria generalizada y de las distancias que sentimos con América Latina por culpa de la hegemonía europea, donde los patrones de desarrollo, mecanismos de dominación y directrices económicas persiguen el lacerante modelo capitalista, intentamos seguir creando puentes basados en el compromiso.

Ojalá que el testimonio de los isleños que seguimos el paso de nuestros antepasados en Cuba sirva para fortalecer nuestras identidades. Estaremos siempre a favor de la izquierda latinoamericana y de los libertadores que como Simón Bolívar incluían a Canarias en el gran proceso de la América con mayúscula.

Hotel Vedado. La Habana, Cuba.
Mayo 2010

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