Miriela
Fernández Lozano
(La Habana)
¿Sientes
en tus escritos un tono pesimista? Fue la pregunta que inauguró nuestro
diálogo. Al abrir las páginas de Una casa mal amueblada, el
libro que el poeta canario Samir Delgado presentaba en La
Habana durante los días del XV Festival Internacional de Poesía, mayo de 2010, se había
agarrado a mis ojos una frase del filósofo Teodoro Adorno: “El pasado
reciente se nos aparece siempre como si hubiese sido destruido por una
catástrofe”. Y quise saber si para el autor isleño estos eran también
días desesperanzados, de olvido, “tiempos no buenos para la lírica.”
Samir Delgado:
No se trata de pesimismo claudicante, sino de realismo consciente acerca de la
grave amenaza que atraviesan los pueblos. La escritura no es un bálsamo
espiritual para quedarnos tranquilos, sino un pinchazo que dificulta el letargo
y la adaptación a la situación que vivimos.
Su
respuesta anunciaba una conversación sobre arte comprometido y cómo el pueblo
de Canarias huye constantemente de la resignación. La historia actual de la
resistencia en las islas y la denuncia en torno a su contexto social y político
aparecen desde obras anteriores de este joven escritor de 32 años, entre ellas De
Guajara a Tafira. Travesías del movimiento estudiantil canario, Última postal
desde Canarias, El monte se quema. Un libro contra el fuego y Canarias al Sur.
Trilogía global de la ciudad turística.
Una casa mal amueblada da
continuidad a este activismo. Los artículos que conforman el libro dejan el
sabor a un periodismo juvenil, alternativo. Junto a varios poemas recorrieron
primero diversos medios digitales. Nos detenemos en la portada. La ilustración
de la artista Patricia Delgado también intenta adentrarnos en
sensaciones de caos, desorden…
El
humo del café surca las palabras del poeta mientras describe las crisis de esta
casa:
Samir Delgado:
Una casa mal amueblada es una alusión metafórica a la grave situación social,
ecológica, política, económica del archipiélago y también del mundo.Pero sobre todo, el título se refiere al peligroso
problema de desarrollo urbanístico en las islas, al impacto ecológico del
monocultivo turístico que se viene implementando a partir de las postrimerías
del franquismo. Obviamente, después de 40 años de alocada ceguera y búsqueda de
acumulación de capital, nos encontramos ante una situación preocupante,
irreversible.
Y, aunque con el sudor de numerosos movimientos
sociales la sociedad canaria ha logrado derechos civiles de libertad de
expresión, sanidad pública, educación, vivienda -asuntos relativos a las
demandas históricas de todos los pueblos de España contra el régimen
franquista-, sufrimos las consecuencias de que Canarias sea hoy un tubo de
ensayo neoliberal. Como refiero en el libro, el tiempo en la ciudad turística
de las islas es un chicle de fresas, es decir, todo sigue la búsqueda del
rendimiento económico, de la mercantilización del espacio físico y de la
utilización del paisaje con fines profundamente especulativos.
No hay una diversificación de los ingresos turísticos
de la sociedad canaria, de todos los municipios, desde un punto de vista
integral, planificado. Las ganancias vuelven al circuito de capital financiero
europeo, se maltrata ese espacio virginal, de gran riqueza, con joyas o
reliquias naturales como los bosques de laurisilva.
Otro ejemplo de lo mal amueblada que está la casa es
la corrupción política. En las islas existe una partidocracia donde los
partidos hegemónicos -como el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE)- mantienen un pulso político a nivel estatal, y eso
repercute en las soluciones que necesitamos. Esos partidos defienden los
intereses de la patronal, de la industria hotelera y del capital privado
español, lo que provoca un vacío democrático y una corrupción galopante que ha
degenerado el oficio de la política.
El
diálogo regresa a su inicio. ¿Cómo escapa la escritura del hermetismo ante este
panorama?, indago, y otra vez una poesía viva, cargada de tradiciones, muestra
deseos y modos de ordenar la casa.
Samir Delgado: En Canarias existe una gran cantidad de
referentes literarios comprometidos con los valores de la izquierda. Poetas
como Pedro Lezcano y Agustín Millares apostaron por la denuncia y la memoria.
Durante los años 50 y 60, con los aires del boom latinoamericano, aprovechando
el realismo mágico y el acervo de identidades oriundas, una gran cantidad de
escritoras y escritores llevaron adelante prácticas del cooperativismo
literario. En ese momento hubo ofertas culturales que buscaban erradicar el
alto índice de analfabetismo en Canarias.
Nosotros seguimos esa vereda de una literatura
comprometida. No queremos escribir desde torreones de marfil, ajenos a las
condiciones sociales, sino, todo lo contrario, intentamos a través de la
literatura focalizar la necesidad de cambios y alimentar lo universal de todos
los pueblos que, en Canarias, se materializa en la defensa de nuestra
identidad, en la consecución de una justicia social y en el ejercicio de
nuestra soberanía.
Hoy, los planes de estudio de la Universidad canaria
se encuentran bajo la tutela de las leyes educativas españolas y el proceso de
homologación de estudios superiores supone recortes sustanciales a contenidos
canarios en asignaturas sobre la realidad insular. Esto dificulta que los
especialistas, que los profesionales futuros tengan una cercanía real a las
necesidades colectivas de la sociedad.
Por ello, la palabra poética la colocamos al servicio
de la construcción de un mundo mejor. Es una especie de espejo donde se hace
referencia a la gran cantidad de contradicciones sociales que padecemos en las
islas producto de la instalación de un modelo depredador.
El
enfrentamiento a esta situación no surge sólo desde el ámbito de la cultura.
Según cuenta Samir, el panorama de movimientos sociales de las islas es muy
amplio. Mientras refiere momentos del nacimiento de esta resistencia, noto las
cercanías con nuestra historia: Siglo XV. Los conquistadores desembarcando ante
los ojos de los guanches, primeros habitantes de las islas. Grandes caracoles
llamando a nuevas escaramuzas. Los legendarios reyes de aquellas tierras
vírgenes, menceyes o guanartemes, dejando huellas de rebeldía.
Samir Delgado:
Durante cinco siglos el imaginario colectivo de nuestra sociedad se inspiró en
las figuras de los antiguos canarios dentro del largo proceso de conquista, en
los valientes menceyes y guanartemes o en leyendas rescatadas de la tradición
oral.
Estas recurren a esa imagen rebelde del guanche que,
para no caer en manos del conquistador, prefiere lanzarse al vacío al grito de
vacaguaré -palabra de origen bereber que significa “quiero morir". La
frase ha reflejado la toma de conciencia frente al foráneo, que si bien
representó el elemento de “lo de afuera” como enriquecimiento cultural de
nuestro mestizaje, también profundizó la utilización de las islas para la
explotación en tiempos coloniales.
Por eso, los isleños sienten una gran admiración por
los próceres de la independencia de América Latina como José Artigas, Simón
Bolívar, Francisco de Miranda o José Martí, este último de procedencia canaria
a través de su madre Leonor Pérez. También el indigenismo y el proceso de
descolonización en África contribuyeron al posicionamiento ideológico de la
izquierda canaria que, además, se ha alimentado siempre de los postulados de la
clase trabajadora y de la necesidad de preservación de nuestra identidad.
Tampoco olvidamos ese patrimonio de figuras eminentes
que se levantaron contra el golpe militar franquista que empezó en Tenerife en
los años treinta. Son referentes importantes para la memoria colectiva de
Canarias la corriente anarquista de ese período, el pensamiento de José Miguel
Pérez, quien participó en la fundación del Partido Comunista Cubano, y de
Guillermo Ascanio, una de las últimas voces resistentes al franquismo.
En Canarias, aunque no hubo resistencia armada, muchas
organizaciones políticas sufrieron represiones. Se escriben capítulos
importantes en Vallehermoso, La Gomera, y hubo una declaración en La Palma como
isla independiente de España, pero este intento enseguida abortó.
Hoy, a través de la ley de memoria histórica,
movimientos sociales herederos de esta etapa han iniciado la búsqueda de
cuerpos de los represaliados por el franquismo. Es otra forma de rendir memoria
y justicia.
Desde los años sesenta, el movimiento estudiantil, el
sindical, con las reivindicaciones de la población en los márgenes de la
igualdad de género, facilitaron la emergencia de un movimiento político,
emancipatorio, que se consolidó en torno al histórico Partido Nacionalista
Canario, fundado por isleños en Cuba y Venezuela a comienzos del siglo XX.
¿Cómo
influyó el elemento africanista en estas luchas, teniendo en cuenta la posición
geográfica de las Islas?
Samir Delgado:
La configuración del elemento africanista llega a través del Movimiento para la
autodeterminación e independencia del archipiélago canario (MPAIAC), que funda
la bandera de siete estrellas verdes en Argelia, y consigue elevar a la
organización de estados africanos una resolución a favor de la descolonización
del archipiélago. Esto ocurre concretamente en 1964.
La presentación ante Naciones Unidas de este proyecto
de autodeterminación y su consolidación fueron frustradas con un atentado
terrorista a Antonio Cubillo, líder del movimiento independentista. El hecho,
ya reconocido, y con indemnización incluida, del Estado español contra Cubillo
hundió las bases organizativas de este proceso, frenado también por la
represión.
Durante estas luchas sociales y hasta hoy, la falta de
cohesión ha supuesto una atomización de las organizaciones políticas en las
islas, lo que ha imposibilitado efectuar un cronograma de transformación social
nacional y de confraternización con todos los demás pueblos. No se logró la
unidad programática en la izquierda nacionalista canaria, aún cuando se han
obtenido alcaldías capitalinas, entre ellas la de Las Palmas de Gran Canaria, e
incluso, hemos tenido la buena gestión de algún poeta insular como es el caso
de Pedro Lezcano.
Las estrategias de resistencia política popular están
siempre dificultadas por la realidad de nuestra geografía. Sin embargo, esto no
ha evitado la participación ciudadana y nuevas experiencias de lucha, sobre
todo en el ámbito ecologista.
Hay una fuerte oposición a la construcción del
macropuerto de Granadilla, en el sur de Tenerife, con una inversión de capital
foráneo, que atrae la edificación de plantas de gas y el tráfico de mercancías
peligrosas. También, frente a la demolición de lugares de gran riqueza natural.
La ley de suelos ha traído consigo una situación dramática. Varias familias han
sido desalojadas en beneficio del capital como en la comunidad Cho Vito. Muchos
pescadores quedaron sin casa siguiendo esta ley, pero los hoteles no fueron
tocados.
Hoy también existe una continuidad a esa lucha que en
1986, a través de un referéndum, dijo no a las estrategias militares de la
OTAN. Canarias y el País Vasco levantaron sus voces contra esta organización. Y
no ha faltado la solidaridad internacional. Nos hemos manifestado contra la
guerra en Irak, el conflicto entre Israel y Palestina, y, sobre todo, hemos
acompañado al vecino pueblo saharaui, que necesita un reconocimiento a su
derecho de autodeterminación frente a la ocupación marroquí.
El quijote de la farola
Cuba, a pesar del permanente estrangulamiento de su
modelo económico socialista y la deriva social de sus propias contradicciones
internas, continúa albergando en los amaneceres de su largo malecón la utopía
revolucionaria.
Hace
unos días, enviadas desde Canarias, esas líneas desembocaban en mis manos. Casi
al concluir nuestro encuentro en La Habana, y después de desandar esta otra
Isla, Samir Delgado había prometido una carta que hablara de
la Cuba de hoy, de la necesidad de continuar caminando a su lado, de no olvidar
el entusiasmo que se respira en fotos alucinantes como aquella de Korda,
donde, desde una farola, “un guajiro con pinta quijotesca” contempla al
pueblo.
Samir Delgado:
Como isleño, como activista de la realidad social en las islas, siento que es
necesaria la articulación de los procesos que se dan en Canarias con los
elementos más transformadores, más frescos de la sociedad cubana. Más aún, a
raíz de la campaña mediática contra Cuba, originada en torno a una plataforma
de artistas españoles. Es cierto que en la actualidad a veces falta
información, pero no hemos sido para nada ajenos a la importancia de la
consolidación de un proyecto político internacionalista, indispensable, de la
vocación de los pueblos.
A pesar de la desmemoria generalizada y de las
distancias que sentimos con América Latina por culpa de la hegemonía europea,
donde los patrones de desarrollo, mecanismos de dominación y directrices
económicas persiguen el lacerante modelo capitalista, intentamos seguir creando
puentes basados en el compromiso.
Ojalá que el testimonio de los isleños que seguimos el
paso de nuestros antepasados en Cuba sirva para fortalecer nuestras identidades.
Estaremos siempre a favor de la izquierda latinoamericana y de los libertadores
que como Simón Bolívar incluían a Canarias en el gran proceso de la América con
mayúscula.
Hotel Vedado. La Habana, Cuba.
Mayo 2010
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