El aquí y
la lejanía ya no se oponen
Yves Bonnefoy
SOL de otra tarde más en casa, sábado de interior,
remanso de luz, plenitud íntima que trae el poema como un bastión de la
existencia: verse a sí mismo en el papel, un espejo multiplicador de sentidos.
De este lado hay un tiempo propio, susurrante y calmo que serena los avatares
de la vida cotidiana. Volver a este centro con el pulso renovado, pasan de las
seis de la tarde, sol apolíneo en derredor, los destellos de memoria se saben
inmaculados desde los bordes del papel. Y volver a casa cada día, a la luz
pletórica de la fachada color mostaza, la calle solitaria que lleva al refugio
en un proceso diurno de idas y vueltas que se repiten en procesión atea. La
llave, más que un artilugio instrumental parece un símbolo, la casa se lleva
consigo mismo, a partir de la seguridad de la custodia del metal. Pensar en las
horas extrañas que transcurren en su interior, el mundo paralelo que sucede
ajeno a la mirada propia. Abrir la puerta con impulso soberano, entrar de nuevo
a su caudal de noche, a plena luz de un sueño, interrumpido por la puerta que
se abre
Samir Delgado, Desiderata, del libro "Los poemas perdidos de Luis Cernuda"
Literatelia, Colección El Colibrí, México, 2019
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