viernes, 10 de febrero de 2017

La teoría del amor en Stendhal y otros poemas de juventud

Obra de Damien Hirst

“El amor no es la eternidad. Tampoco es el tiempo de los calendarios y los relojes, el tiempo sucesivo. El tiempo del amor no es grande ni chico: es la percepción instantánea de todos los tiempos en uno solo, de todas las vidas en un instante”

                   La llama doble, Octavio Paz



Sin título

Al principio escribirte un mail
            era igual que comer mandarinas.
            Cada gajo dulce exigía otro después.
            Y las manos prolongaban su perfume.



Volcán lejano


Eres una isla.
            Bien definida en el horizonte.
            También hay un volcán lejano.
            Dibujado en el mismo centro.
            De vez en cuando hace de las suyas.



                La mano que te desnuda

“Y mis sentidos que pronto se paran,
 alejados de ti, están sin patria”
Rainer Maria Rilke

Hay escalones profundos de un tiempo                                               
            que jamás fue atrapado en los calendarios.
            La hipótesis de que en la ciudad fenicia de Biblos
            también hubo amantes que desvirgaban el vértigo
            de lunas menguantes. Lejanas nebulosas siderales
            donde trasnocha el eterno ángel terrible del deseo.
            Y ahora sé que ese tiempo oscuro fuera de horas
            siempre está al alcance de la mano que te desnuda.
                 


Pegatina del Ché, 1967



Aquella pegatina del Ché
            parecía recién estrenada de 1967.
            En tu libreta tenía algo muy especial.
            Su estrella roja no estaba desgastada.
Ella sola mantenía a la utopía en pie.
            Y así la cuidabas de los malos tiempos
            para que dure tan violentamente natural.


                Noche de Walpurgis

“Vagas figuras que antaño mis turbados ojos vieron”
                                                                                                                              Goethe


Yo quiero ser como Fausto
            en la noche embrujada de Walpurgis.
            Y beber cerveza en la taberna de Auerbach.
            Todo para vender mi alma a Mefistófeles
            a cambio justamente de lo que tú ya sabes. 


El juicio de Paris


El juicio de Paris
            merece una repetición
            cada sábado por la noche.
            Lo siento por la diosa Afrodita
            y la legendaria Helena de Troya.
            La manzana de la discordia
habrá que compartirla.


Meridiano de Greenwich

Caramba. Mira que andan despistados
            los señores de la academia sueca
            especialistas en geopolítica mundial
            y catedráticos del arte contemporáneo.
            Hace tiempo que el Meridiano de Greenwich
            cruza por tu corpiño los fines de semana.



            Los versos de Neruda

“Y cada herida tiene la forma de tu boca”

Pablo Neruda

               Pero llegaron los versos más tristes                             
            como anillo al dedo de mis horas bajas.
            Los renglones doloridos del Capitán
            caían redondos sobre una tábula rasa.
            Ya no sabía nada de tí. Desaparecíste
            como los dulces aruñazos de la espalda.
            ¿A dónde fuiste, amor? Ya comprendí
            lo que significa realmente tener magua.
El peso de la nostalgia para un apátrida.
            Así estaba yo como polizón de alta mar
            navegando entre los versos de Neruda.


A la conquista de América



Hay tipos que persiguen la felicidad
            en una de esas subastas multimillonarias      
            con cuadros a la venta de Damien Hirts.
            Que salen de noche a la conquista de América
            y adquieren la gloria con un billete en la floristería.
Romeos de cartón piedra. Don juanes de clase media. 
            Hombres sui generis que son mayoría demográfica.
            Competidores de trampolín. Amantes de un maniquí.
            Yo me conformo con quedarme fuera de la lista de esos tipos
            que persiguen la felicidad. Y remarte cada noche entre mis brazos. 


La teoría del amor en Stendhal


La teoría del amor en Stendhal
            cuenta que la imagen de la amada
            es una cristalización de nuestros deseos
            que hacemos realidad durante el proceso
            del enamoramiento. Y así hasta el desengaño
            con el derrumbe fatídico del castillo de naipes.


                   
Samir Delgado, poemas escogidos del libro Tratado del carnaval en Niza (Ediciones IDEA, Islas Canarias, 2011)

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