jueves, 1 de marzo de 2018

Hidrognosis "Cuando Venecia y el mar" (Selected poems)

"Support" Escultura del artista Lorenzo Quinn (Bienal de Venecia, 2017)

HIDROGNOSIS/
                                                                                              
                                                                                   Oh, condición preciosa
                                                                                   la del tinte transparente de las aguas

                                                                                                  Juan Carlos Mestre


            SINFONÍA nº 1 EN FA MAYOR DE HAENDEL

            POR el adagio suave del clavicordio
            la partitura inflama cada instante
                       
            así también
            maduran su pulpa acuática
            en el concierto de los siglos
                       
            Venecia y el mar


            CRONÓGRAFO H4 DE JOHN HARRISON

            LONGITUDINAL
            baremo del orbe

            con rubíes y diamantes
            en perfecta composición rítmica
            para el exacto sonajero del mar

            la vida toda de las aguas
           
            un cálculo ad infinitum


            PLANISFERIO VESPUCIO

            OH MUSA
            cuenta del inmenso mar
            cada Flor de lis

            la piel de pantera
y la hidra absoluta
            soñada por Valèry

            la última sirena
            en el planisferio de Vespucio

            el libro del mar
            kitab-i-bahriye
                       
            cuenta oh musa
            al fin
            la isla Non Trubada



 H2O/    
                                                                               Pronto podré escribir el mar
                                                                                                                      Anne-Marie Berglund

EL SER HUMANO está constituido por un alto porcentaje de agua. La vida misma requiere h2o para darse en el planeta. En condiciones adversas no es posible la supervivencia sin agua. Parece que la materia en estado líquido siendo la más inaprensible, queda a la vista como la sustancia fundamental: el arjé de Tales de Mileto. La isla en sí misma está rodeada de agua por todas partes, su propia definición incluye aquello que la delimita. Y a pesar de todo esto, todavía observamos el mar como un desconocido.


BLUES UNIVERSAL/
                                                            
                                                               Empieza en su aire a caminar el azul
                                                                                                               Lezama Lima
                                                                                                                                   
ATLÁNTICO. Pacífico. Mediterráneo. Tantos nombres distintos para un mismo mar. Me pregunto por la historia universal de los océanos. Sus primeros comienzos de ebullición, cada una de las fases hídricas con que fueron haciéndose mar. Los ríos que allí desembocan y la relación simbólica entre ellos ¿Quién puso nombre a los mares del mundo? ¿Hacia dónde llevan sus corrientes profundas y con qué lugar del núcleo terrestre confluyen exactamente? Nada de esto se cuenta en los colegios. Así sucede que cualquier lugar del mundo es como una isla de espaldas al mar.

             SIRENAS/
                                                                  Mil velas blancas sobre un mar siempre diverso

                                                                                                                       AGUSTÍN ESPINOSA

LA TRASCENDENCIA de la mirada a la hora de darle sentido a las cosas. El estado de ánimo hace que el mar tenga un color especial, somos los observadores quienes dotamos de características al objeto de nuestra mirada. Siempre el mar es azul, pero los tonos marinos ejercen una impresión distinta en quienes lo contemplan. La magia depende a fin de cuentas del paseante. Me acuerdo del Paseo de los Ingleses en Nice o del balcón donostierra frente al Monte Urgull. Allí la contemplación del mar azul cantábrico está persuadida para el encanto. De ahí la importancia fundamental de los estados de ánimo: el poeta mira al mar con una sed inaudita. Ver con los mismos ojos a la barquilla pesquera tradicional que al megacrucero turístico. [Quid de la cuestión]



             TRAJE DE BUZO/


LEONARDO Da Vinci ingenió los bocetos del primer traje de buzo para la armada veneciana que aspiraba a repeler un ataque otomano inminente. La idea del artista florentino era aprovechar la ventaja del mar sobre el enemigo. Aunque la poderosa flota turca fuera una amenaza imbatible bajo las condiciones clásicas del belicismo náutico, quiso la mente innovadora de Leonardo que un ejército de élite submarino llevara a pique los barcos enemigos mediante una estrategia fantástica para la época: andando bajo el agua los soldados avanzarían con escafandras de tela y tubos respiratorios con un mecanismo arcaico para la presión del mar. Nunca se llevó a término aquel invento hasta que una pareja, expertos contratados por la BBC británica, demostrara para un documental que Da Vinci fue un adelantado para su tiempo. Ellos fabricaron el traje de buzo inspirado en sus dibujos originales salvando las trampas de interpretación de sus escritos personales. Con este hecho los quinientos años que separan al artista de su invento en las aguas venecianas quedan reducidos a un chasquido de dedos. Para los fondos marinos no existe otro tiempo distinto al de sus profundidades.


Samir Delgado, del libro “Cuando Venecia y el mar” (Léucade  ediciones, 2014)

lunes, 26 de febrero de 2018

Sacra Conversazione (Juan Hidalgo in memoriam)

"Lanas" Instalación de Juan Hidalgo (1927-2018)


ES el ojo delirante del artista
quien hace el papel de lógico demiurgo.
Interroga. Amplifica. Multiplica. Resta.
Pura desnudez de la bola concupiscente.
La ambivalencia del vértigo libera toxinas.

Juan Hidalgo: limited edition



Samir Delgado, del libro Cosmovisión atlántica. La isla que habita en los cuadros (2012)

jueves, 15 de febrero de 2018

El segundo estado del mundo según el poeta griego Odysseas Elytis


Instalación de la artista Maria Loizidou, fotografía de Nikos Markou (2015)

En algún lugar tiene que existir el sol

Odysseas Elytis


El segundo estado del mundo según el griego Odysseas Elytis está configurado por los artistas, los músicos y los poetas, todos juntos a lo largo de los siglos y a pesar de sus diferencias. El poeta, Premio Nobel de Literatura de 1979, hace énfasis en muchos de sus escritos sobre la trascendencia de la palabra humana, de la unión del arte y la vida, llamando la atención sobre la dificultad añadida de que nadie está obligado a interesarse por la poesía y las artes, si bien es verdad que una vez dentro de este segundo estado del mundo hay que aprender a caminar sobre el agua, disfrutar de la ola del misterio, el esperma negro de la creación.

Para Elytis, fallecido en Atenas en 1996, Grecia era una “sensación concreta”, su acercamiento a la literatura participaba de un amor profundo a su país más allá de toda frontera, la identidad se palpaba como aquella seña de amistad a través de los siglos que podía descifrarse en la contemplación de un papiro de Safo en el Museo Británico. La escritura renace los puentes del tiempo y el idioma es la casa común porque la riqueza del lenguaje humano reconcilia las posibilidades extraviadas de utopía en un siglo fracturado por las guerras mundiales.

Tal vez por haber sido ciudadano griego, otro morador tardío de la cuna de la civilización en el declive de la Europa posmoderna, Odysseas Elytis refleja en su obra literaria la voz del pulso renovado de lo humano con la historia, la naturaleza y el arte, es el poeta quien descifra y celebra, su moral personal corresponde a las condiciones naturales que marcaron una situación humana particular, y aquí el escritor griego resulta clarividente para resolver la cuestión de la excepción, del papel del poeta en el mundo, cuando alude a que lo importante es de qué manera la excepción concibe la regla, cómo desde la escritura única de cada tintero se afronta el orden impuesto y la posibilidad fascinante de volver a poner todos los sentidos en la conversación oculta de las cosas.

Es curioso el modo en que desde tan lejos de las islas, leyendo a un poeta griego en traducción mexicana, la diferencia horaria no perturba para nada la extraña sincronicidad que otorga la experiencia de estar en varios lugares a un mismo tiempo, así ocurre que Odysseas Elytis menciona en sus escritos un cuadro de Óscar Domínguez, invoca también el paraíso que un día los griegos ubicaron en las islas afortunadas, y resuelve que cada uno es a fin de cuentas el vellocino de oro de sí mismo. A través de la cultura, la literatura y todas las artes, el segundo estado del mundo descubierto por un poeta griego conserva a duras penas la vigencia de un espacio para la libre creación y el ensueño perdurable de que cada pequeño lugar del planeta ofrezca un color propio, brinde una voz distinta y entone una nota singular para la supervivencia real de la infinitud.


*Artículo originalmente publicado en la Revista Dragaria, 2018

lunes, 5 de febrero de 2018

Reseña del libro That's all Folks! (poemas animados) del autor colombiano Sergio Laignelet

Sergio Laignelet (Bogotá, 1969)


Con más de doscientas mil víctimas oficiales y millones de habitantes desplazados por un conflicto armado que ha superado medio siglo de violencia hasta alcanzar el actual proceso de paz, Colombia es más que un país en la historia fundamental para comprender América Latina en el nuevo siglo. El episodio colombiano del desastre y el colapso, con una tragedia a sus espaldas que parece salir del fondo del abismo mediante el desarme final y la pacificación democrática, constituye a día de hoy un lugar de paso obligado para la diplomacia internacional y el observatorio necesario sobre el respeto a los derechos humanos en todo el planeta. Colombia es mucho más que un territorio soberano, el país que vio nacer y morir al Premio Nobel que legó a la posteridad la magia de Macondo como uno de los mitos literarios más fecundos de la lengua española tiene en su haber el paso decisivo que en términos de Realpolitik demuestra la función de la cultura como ejemplo de patrimonio con alcance universal para todas las naciones.

Y como en todos los dramas humanitarios de la América Latina con las venas abiertas que Eduardo Galeano desentrañó en libro para la esperanza futura, Colombia también tiene diáspora, emigración forzada y una población de todos los lugares del país que habitan en el extranjero como ciudadanos de referencia en las estadísticas del mundo latino. Así sucedió siempre en el ámbito de la literatura y las artes, también los creadores padecen el rigor de la guerra en cada nación y hacen de su trayectoria vital un destino de la cultura. Muchos escritores colombianos viven a estas horas en lugares que van de oeste a este y del sur al norte, y precisamente retornan a Bogotá y Medellín de vez en cuando animando el ya de por sí fértil panorama de la literatura colombiana contemporánea.

Un caso excepcional de esta órbita colombiana de la literatura habitada por poetas del exilio es Sergio Laignelet (Bogotá, 1969), autor radicado en Madrid desde hace décadas y que con el paso del tiempo ha mostrado a través de sus varios libros una personalidad única, tan sorprendente como irrepetible. Su último título acaba de ver la luz en otoño de 2017, bajo el título That's all Folks! (poemas animados), de la editorial Lebas, un libro contundente que supone algo más que una reafirmación estética de su imaginario inspirado en los cuentos infantiles bajo una modalidad de escritura poética totalmente fuera de serie y ajena por completo a los derroteros de las tribunas de la moda literaria. Y es que Sergio Laignelet lo ha vuelto a hacer y retorna para goce de sus lectores con la recreación literaturizada de los cartoons más universales, un golpe de puños sobre la mesa de la tradición televisiva de los últimos cincuenta años que no deja títere con cabeza.

El libro en exquisita tapa negra, con un índice repleto de personajes de la talla de Bugs Bunny, el Demonio de Tasmania o la mismísima Betty Boop, acomete un repaso panorámico de transgresión total sin ningún remordimiento, libre de tabúes y de autocensuras, sobre todos los dibujos animados de teleserie que han migrado al patrimonio colectivo de la sociedad del espectáculo. That's all Folks! es una obra desbordante, plagada de guiños de ojo al lector y aldabonazos contra las compuertas de la Warner Bross estadounidense, una muestra ejemplar de humor irreverente y de compromiso ético a la par que hace de la poética laigneletiana una ofrenda literaria de última hora al parnaso del malditismo, sumándose con maestría consumada a otras firmas como las de Leopoldo María Panero, Anne Sexton o Ana María Matute que dedicaron en su día otros textos a los personajes inmortales del mundo infantil.

El más reciente libro de Laignelet no puede pasar desapercibido en ningún lugar, prosigue la estela de sus anteriores entregas, como Malas lenguas de 2005 y Cuentos sin hadas de 2010, aunque esta vez el autor colombiano ha roto la barrera del sonido con un registro poético culminado que marca la diferencia, con poemas de una exactitud milimétrica, portavoz de una transcreación en español de los cuentos, mitos y leyendas del imperio Disney que le hacen garante de la propiedad soberana de una voz desmitificadora de la industria de los sueños, absolutamente perversa, capaz de resignificar los espacios en sombra de los cartoons y devolver la vida a tantos iconos del entretenimiento bajo una nueva óptica transgresora, apabullante y francamente incontestable.

Cada poema es un epitafio, deja todo dicho, como la sorpresa del mago y el vértigo de la montaña rusa, sus textos rayan el límite de la moralidad, abundan el territorio prohibido, cómplices del arte de la taumaturgia y del travestismo carnavalesco, de la risotada juglaresca y las aguadas en tinta china del Goya más brutal. De hecho hay una cercanía filial entre la obra literaria del colombiano y autores de renombre en el panorama angloamericano actual como Jerome Rothenberg, cuyo libro 25 Caprichos after Goya de 2004, también hace suyo el eje temático de la escritura sobre y desde las imágenes del arte, interpretando desde dentro del cuadro de Goya la decadencia y el infortunio de la existencia, dando pie a otras lecturas imaginativas que amplifican el potencial experimental del lenguaje y el grado contestatario de la poesía a niveles comunicacionales pocas veces explorados, una poetología valiente que va más allá de la pose acomodaticia del nihilismo de salón literario y que puesta en práctica vale como terapia de choque frente al aislamiento de la pantalla generadora de subjetividades esquizofrénicas en la aldea global del capitalismo tardío.

Hoy Colombia atesora un crisol de referencias culturales que enriquecen en todas las disciplinas la diversidad, del conflicto armado a la paz, sus artistas y escritores muestran la necesidad de recuperar el sentido, de bucear nuevamente en la alegría de vivir y renovar la mirada hacia una infancia perdida que seguirá siendo en todas las épocas la verdadera patria del ser humano. Con la obra literaria de Sergio Laignelet se cumple un designio, el poeta colombiano hace de las suyas y los mundos del ayer y del mañana a través de los dibujos animados y los cuentos infantiles no volverán a ser los mismos jamás, es lo que tiene el poder transmutante y performativo de la poesía, como el chamán y el druida, el poeta inflama la llama del encantamiento y las realidades se confunden, la ironía y el sarcasmo destronan toda forma de dictadura, y del otro lado puede llegar la cura, el alivio pasajero o el definitivo trance que nos lleve de la mano a la sonrisa cómplice, entre tanto dolor y tantas injusticias, hacia lo inédito, lo inexplorado, lo inaudito.  

Samir Delgado, 2018
Analco, Ciudad de Durango, México

jueves, 1 de febrero de 2018

Videopoema "Itinerario para náufragos"


Videopoema "Itinerario para náufragos" (Samir Delgado / Diego Sánchez, Cuenca, 2013). Selección de textos sobre la obra del poeta Diego Jesús Jiménez (1942-2009) In memoriam.

jueves, 25 de enero de 2018

Reseña “Poemas en blanco y negro” del escritor dominicano Leonardo Nin

De izquierda a derecha: Samir Delgado y Leonardo Nin, McAllen, Texas, (2017)

No es extraño que la voz de Federico García Lorca corone el pórtico de entrada del libro “Poemas en blanco y negro” del dominicano Leonardo Nin, egresado de la Universidad de Harvard y exponente de la diáspora caribeña en la literatura contemporánea de nuestro continente mayor. Nada extraño que sea necesario cruzar el nocturno de Brooklyn Bridge del poeta granadino universal para que comience la aventura poética en blanco y negro de Leonardo Nin, autor excepcional con un futuro cargado de esperanzas a quien conocí en el Festival de Poesía Latinoamericana en McAllen, Texas, el pasado otoño.

Ya con su libro entre manos tampoco es casualidad que durante la concatenación de estos poemas en blanco y negro publicados en San Salvador allá por 2014 se escuchen de fondo el eco de voces trascendentales como las de Manuel Del Cabral, Jacques Roumain, Roque Dalton y el propio Whitman. El libro de Nin, residente en Boston y declamador de largo recorrido en la más pura tradición oral del Caribe, es un epifenómeno: un suceso que proviene a continuación de una larga historia de mestizajes, de tropismos, de idas y vueltas en el tiempo y el espacio. El poeta deviene a través de la escritura, tras su periplo migratorio participa de una constelación mayor, forma parte intrínseca de una tradición de rupturas y de un legado transgeneracional que va más allá de una identidad nacional.

Leonardo Nin nació en República Dominicana en el 74, el mismo año en el que fue asesinada la activista campesina Mama Tingó y en la década de los Juegos que padeció la impronta más criminal del gobierno de Balaguer, un escritor que compartiría junto a su opositor Juan Bosch el Premio Nacional de Literatura en el 90, el dictador abogado que instauró como presidente un Faro a Cristóbal Colón y dejó tras su paso un reguero de sangre. Y es que volver la mirada a la Dominicana hoy requiere tener muy en cuenta el blanco y el negro, las luces y las sombras que entretejen el libro de Nin, unos poemas que exploran la convergencia múltiple de la propia existencia, del halo vital y de la identidad personal, que más que dividida está constituida en sí misma por muchas tintas, salvaguarda del arcoíris y de la variedad enriquecedora, así el poeta es como asume el desafío de echarse a la espalda un libro poético, máxima expresión junto a la novela del artefacto cultural sobreviviente a la decadencia global internautica, que abre fuego contra el embrutecimiento soporífero de la televidencia y la anemia colectiva del bioconsumo posmoderno, convirtiendo el potencial performativo del idioma en un acontecimiento vital, en un performance de confesionalidad clarividente que refleja el compromiso ético y la apertura de miras del poeta caribeño a día de hoy, que habla español y baila salsa bajo los cielos azul petróleo del imperio.

Para el dominicano “la isla no es más que un punto en letargo”, el horizonte común que define una forma de ser, el hábitat primigenio que se hace memoria a través de la distancia y configura la excepción del ciudadano insular de por vida. El Caribe, al igual que las islas de la Macaronesia en la costa noroeste africana, participa de un movimiento propio, de una geopolítica mayor a base de lirismo y utopía, como dejó dicho el cubano Benítez Rojo, también de urdimbres académicas como Leonardo Nin, es la isla que se repite y así ocurre que el futuro es el origen. Derek Walcott lo promulgó a los cuatros vientos: el insular no necesita de la nostalgia del edén perdido en el pasado del europeo blanco occidental, su diversidad le constituye en depositario de la promesa de un paraíso futuro, hecho a base de mezclas míticas, de un cosmopolitismo ancestral.

A fin de cuentas, la obra poética y literaria de Leonardo Nin, que también frecuenta la narrativa con títulos como “Guazábaras” o “Mañana, si Dios muere” pertenece a la estela de autores llamados a proseguir el camino de la resistencia pacífica, del trabajo cotidiano en el ámbito de la cultura a machete y candela, iluminando espacios de confluencia y puntos de intersección, avivando el panorama de festivales internacionales y dejando huella del acervo de la isla, por ello no es ajeno el dominicano al juego del lenguaje poético que intercala vocablos del griego y denominaciones del creole, a la mixtura y la síntesis, a la proclamación sin pudores de la alegría de vivir allá donde va y el pronunciamiento ético ante los derroteros del mundo entero, planeta en blanco y negro, haciendo tan suyo el dolor de los desaparecidos en Argentina como contagiando a los demás el baile en la noche feliz de la insularidad,  un estar del poeta frente al público que sintoniza la magia y el atrevimiento, la seriedad de la academia y la dulzura del Caribe, rindiendo tributos a Papá Legbá como se debe, catarsis y liberación página tras página, deseando para sí mismo una muerte última, solo y amarrado a un árbol, como en Macondo.



Analco, Ciudad de Durango, México
Samir Delgado, 2018  

sábado, 20 de enero de 2018

Mitología guanche / Guanchen-Mythologie (Poema bilingüe)

Antonio Padrón Abstracción, 1960
[Mitología guanche]

El bosque calla al paso fúnebre del chajasco
con la mirada extraviada hacia los días primeros.
El cuerpo yace sobre el lecho embalsamado del cantón lejano.
Jamás habitó en vida aquel extraño lugar de las piedras mudas.
Nada dicen los rostros oscuros y cansados. Todo el bosque calla.


[Guanchen-Mythologie]

Der Wald schweigt zum Trauermarsch des Totenbretts
mit dem umherirrenden Blick hin zu den ersten Tagen.
Der Körper ruht auf dem einbalsamierten Lager des fernen Heimat.
Nie im Leben hatte er diesen fremden Ort der stummen Steine bewohnt.
Nichts sagen die dunklen und erschöpften Gesichter. Der ganze Wald schweigt.


Del libro Banana Split (2010)
Traducción al alemán cortesía de Karl J. Müller

Karl J. Müller. (Colonia, 1945). Traductor y locutor de radio. Licenciado en Filología Española por la Universidad de La Laguna (Tenerife), completa sus estudios en las universidades de Siena (Italia) y Amiens (Francia). Estudios de Lingüística en la Universidad de Colonia. Es autor de libros sobre historia de canarias, traductor especializado en literatura canaria. Ha traducido a Agustin Espinosa, Olga Luis Rivero y Félix Hormiga. Reside actualmente en Colonia (Alemania).